Adiós a la dependencia del agro: Argentina diversifica sus divisas

El auge de Vaca Muerta impulsó la Energía al segundo lugar exportador, logrando un superávit récord de $6.000M en 2025 y quitando presión al agro

 

Energía y Agro: El nuevo equilibrio de la matriz exportadora argentina

Argentina está experimentando una transformación significativa en su estructura de comercio exterior, impulsada principalmente por el sector de Combustibles y Energía (CyE), el cual ha ganado un protagonismo decisivo a partir del desarrollo de Vaca Muerta. Si bien el sector agroindustrial mantiene su rol histórico como principal generador de divisas, la expansión energética está redefiniendo los pilares económicos del país.

El auge energético impulsado por Vaca Muerta

Las exportaciones de CyE han duplicado su participación en las ventas totales del país, pasando de promediar el 6% a alcanzar el 11% en los últimos tiempos. Este crecimiento ha consolidado al complejo petrolero-petroquímico como el segundo complejo exportador de Argentina, solo por detrás del sojero.

Este desempeño se debe directamente al auge de Vaca Muerta, un desarrollo que ha permitido a Argentina materializar volúmenes de producción de hidrocarburos no vistos en décadas.

  • Producción Récord: Para 2024, la producción de petróleo convencional y no convencional alcanzó 40,8 millones de metros cúbicos ($m^3$), niveles no registrados desde 2004, lo que representa un incremento del 45% desde 2020. El gas natural también recuperó terreno, alcanzando volúmenes anuales de 50,8 miles de millones de metros cúbicos ($m^3$), similares a los de 2008.
  • Superávit Sostenido: Como resultado de este aumento en la producción y exportaciones, junto con una consecuente reducción en las importaciones de combustibles, la balanza comercial energética ha revertido su comportamiento histórico. Ha exhibido un saldo superavitario sostenido desde 2023. En lo que va de 2025 (hasta octubre), el superávit se ubicaría en USD 6.000 millones.
  • Crecimiento en Ventas: Las ventas del rubro CyE han crecido un 225% en el periodo de enero a octubre de los últimos cinco años, pasando de USD 2.800 millones en 2020 a USD 9.000 millones en 2025.

La expansión del superávit se explica por varios factores, incluyendo la mayor productividad por pozo en Vaca Muerta, la ampliación de la capacidad de evacuación (como la puesta en marcha del ex Gasoducto Presidente Néstor Kirchner), y la consolidación de mercados externos para el crudo shale y el gas natural. Este escenario apunta a una mayor autosuficiencia energética, un aumento en el flujo de divisas y una reducción sustancial de las importaciones.

El rol histórico del Agro

Históricamente, la agroindustria ha sido el pilar de los ingresos del país. Las exportaciones agroindustriales (Manufacturas de Origen Agropecuario – MOA, y Productos Primarios – PP) han generado una dependencia, promediando el 60% del total de las ventas anuales en los últimos veinte años.

El complejo agroindustrial adquiere una relevancia crítica como sostén del saldo comercial en períodos de menor producción energética o mayor demanda interna, cuando el país recurre a mayores importaciones de combustibles como gas o gasoil.

A pesar del auge energético, el complejo sojero sigue siendo el principal complejo exportador, representando el 26% del total exportado (USD 17 mil millones) en el período considerado, seguido por el complejo maicero (9% con USD 6 mil millones) y el triguero (4% con USD 2.500 millones).

La oportunidad de la diversificación

La diversificación de la matriz exportadora representa una oportunidad clave para el desarrollo económico del país.

La consolidación del sector energético permite:

  1. Reducir la dependencia del agro: El flujo más estable de ingresos de divisas generado por la energía le quita presión a la agroindustria y a su componente estacional, que depende del momento de la cosecha.
  2. Estabilización macroeconómica: La diversificación permite disminuir la presión sobre el tipo de cambio al aumentar el flujo de divisas, lo que podría evitar la aplicación de políticas distorsivas sobre el agro, utilizadas históricamente para acelerar la liquidación de divisas.
  3. Beneficios para la producción: Genera una mayor y mejor disponibilidad de energía para la producción e industrialización de granos a precios más accesibles. Además, podría incrementar la oferta local de fertilizantes a base de combustibles fósiles, que actualmente son mayormente importados.

Las proyecciones del Ministerio de Economía anticipan que esta transformación energética impactará positivamente en la balanza de pagos hacia 2035, con estimaciones que la expansión sostenida de la balanza energética pase de USD 10 mil millones en 2025 a aproximadamente USD 46 mil millones en 2035.