Así lo advirtió el investigador de la Universidad Estatal de Iowa Michael Owen durante su disertación en el I Congreso Argentino de Malezas que tiene lugar en Buenos Aires.
Owen advirtió que existe una gran similitud entre los problemas que observa en ambos países, aunque destacó que en la Argentina aún no existen las resistencias múltiples (que hacen mucho más complejo el manejo en EE.UU.).
“Lentamente, las estrategias de manejo integrado de malezas están siendo implementadas a lo largo de las principales regiones agrícolas estadounidenses, pero en la mayor parte de los casos ya es demasiado tarde porque el problema ya está instalado”, explicó Owen.
La mayoría de los productores quisieran que los problemas de malezas resistentes se solucionaran con la aparición de nuevos herbicidas. Pero eso no es posible porque la creación de nuevos principios activos podría tardar 15 a 20 años más.
“Las compañías que están introduciendo nuevos herbicidas al mercado, en realidad están ofreciendo nuevas reformulaciones de principios activos existentes que ya cuentan con un número importante de malezas resistentes”, alertó el investigador estadounidense.
“Existen dos tácticas para intentar morigerar la evolución del problema de las malezas resistentes a herbicidas: la rotación de principios activos y la aplicación de diferentes mezclas de principios activos; esta última es más efectiva que la rotación”, añadió.
“Una cuestión central son las dosis empleadas en las mezclas: para evitar la aceleración de la resistencia es conveniente emplear las dosis completas de cada principio activo. Muchas mezclas comerciales comercializadas por compañías de agroquímicos tienen bajos niveles de dosis de cada principio activo y eso no contribuye de manera favorable al manejo de la resistencia a herbicidas”, apuntó Owen.
En los próximos años se introducirán al mercado local nuevos eventos para intentar aliviar el problema creciente de las malezas resistentes al glifosato, tales como las sojas con tolerancia a glifosato y Dicamba (Roundup Ready 2 Xtend) y con tolerancia a glifosato, glufosinato y una nueva formulación del 2,4D (Enlist E3) (esta última ya fue aprobada, de manera condicionada, en la Argentina).
“Los nuevos eventos que se están desarrollando para hacer frente a la problemática de las malezas resistentes están basados en resistencias múltiples y eso permite una variedad muy potente de nuevas alternativas de control”, indicó Hugo Permingeat, investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario. “Pero ninguno de ellos será la solución total porque los principios activos (de herbicidas) que emplean no son nuevos y de hecho ya existen algunas malezas resistentes a los mismos”, añadió.
Permingeat indicó que en la actualidad el control de malezas requiere mayores dosis de conocimiento y planificación. Y apuntó que las estrategias vigentes sólo pueden contribuir a retrasar la aparición de nuevas especies resistentes hasta que se desarrollen nuevas tecnologías que permitan resolver el problema.
Entre las principales promesas tecnológicas que en un futuro podrían cambiar de manera radical el control de malezas se encuentran el ARN interferente (interfering RNA) y la edición génica no transgénica (que permitió el desarrollo de una colza tolerante a sulfonilureas que ya se está comercializando en EE.UU.)
“Hasta que lleguen las nuevas tecnologías, se hace necesario generar una toma de conciencia con respecto a uso de las herramientas que tenemos disponibles para que no aparezcan nuevas resistencias en un plazo demasiado corto de tiempo”, indicó.
Fuente: Valor Soja