Protagonistas de un sinfín de recetas, la demanda de legumbres como fuente de proteína vegetal crece día a día. ¿Por qué y cómo incluirlas en planteos agropecuarios?
En Argentina, la campaña 21/22 presentó cifras alentadoras para el cultivo. Prieto señaló que se declararon unas 105.000 ha sembradas, por lo cual estiman una producción por encima de las 200.000 tn y una exportación cercana al récord alcanzado en 2012, de 130.000 tn. Aludiendo a las exigencias del mercado a nivel mundial, destacó que un diferencial cualitativo de esta legumbre es que es no OGM (organismo modificado genéticamente) y que su harina no se extrae con solvente, sino que solamente se muele. Por otro lado, aclaró que si bien la mayor demanda es de arveja amarilla, cerca del 95% de la producción de nuestro país es verde. Proteína vegetal, una tendencia que crece “Es una tendencia marcada, hoy en el mundo hay mucha industria destinada a aislar proteína de origen vegetal para incorporar a la alimentación”, destacó el especialista. En este sentido, destacó los aportes proteicos de la legumbre, cuya base es del 22-26% y que pueden alcanzar valores del 28-30%. Además de influir el material genético, el tenor proteico varía en función de la zona de producción, ya que la acumulación de proteína depende de las condiciones ambientales en el proceso de llenado de grano, agregó. Bajos requerimientos de fertilizantes y de agua En un contexto donde el precio de los fertilizantes está muy por encima del promedio histórico, la arveja tiene la ventaja de que solamente nos tenemos que ocupar de la fertilización fosforada, remarcó Prieto. En cuanto al aporte de nitrógeno, gracias a la capacidad fijadora de nitrógeno, con una buena inoculación es suficiente para cubrir los requerimientos y además, enriquecer al suelo para los cultivos sucesores. Además, este cultivo consume menos agua que los cereales de invierno, ya que su sistema radicular no explora más allá del metro de profundidad. Su talón de Aquiles son las heladas y los golpes de calor en estadíos reproductivos, por lo cual hay que adecuar bien la fecha de siembra, recomendó. Efectos positivos sobre el cultivo sucesor El rendimiento de la última campaña rondó alrededor de los 2000-3000 kg/ha en la zona sur de Santa Fe. En este sentido, Prieto comentó que comparativamente con trigo o cebada, la arveja no posee grandes márgenes de ganancia. La gran ventaja no es el cultivo en sí, sino la secuencia completa. Los maíces sobre arveja han logrado rendimientos superiores al 20% en comparación con aquellos donde el antecesor es trigo. Por su parte, en soja ese porcentaje se eleva al 30%, destacó el especialista. Fuente proteica para dietas animales Desde el sudeste bonaerense, Iraola compartió la experiencia de un sistema de ciclo completo donde reemplazan la proteína de soja por arveja amarilla, producida en el mismo establecimiento. Con valores de proteína del 25-28%, la arveja también aporta energía, supliendo otras fuentes como maíz o afrechillo de trigo, remarcó.
Sumado a eso, agregó que tiene una excelente palatabilidad, por lo cual la ofrecen a los animales sin procesamiento previo, lo cual también resulta en una ventaja operativa, además de que corre bien en el silo de autoconsumo, en el caso de darla como suplementación.
Garbanzo, un cultivo demandado en el mercado europeo
Como claves para la producción, Masgrau remarcó que la recarga inicial de agua en el perfil es imprescindible para apuntar a un garbanzo de calidad, además de la elección de suelos sueltos y bien drenados. Por otro lado, este cultivo no se lleva bien con las zonas frías. Es por ello que la empresa lo produce desde el centro de Córdoba hacia el norte. Además, comentó la necesidad de hacer especial foco en la implantación, ya que su crecimiento inicial es lento y se corre riesgo de enmalezamiento, hasta que cierra el surco. Trazabilidad y residuos de herbicidas El consumo interno de garbanzo en nuestro país es bajo, la mayor parte se exporta y su principal destino es para consumo directo, por lo cual la calidad y trazabilidad son fundamentales. En este sentido, Masgrau destacó que las exigencias del mercado son variables, pero para acceder a mejores precios es necesario ajustar algunos procedimientos de manejo. Por ejemplo, para evitar la residualidad de desecantes en los granos, una buena opción es efectuar la cosecha mediante corte mecánico y luego, a los 4-5 días cosecha, con recolector, comentó. Esto les permite acceder al mercado europeo, que si bien es el más exigente, es el más alentador en precios, agregó. Otros mercados alternativos, menos exigentes en calidad y trazabilidad son Pakistán y México. Integración empresarial total Actualmente, Tecnocampo exporta a más de 20 países. La empresa posee una planta de procesamiento, lo cual les permite salir directamente al mercado exportador.Por otro lado, no se tira nada. Los granos chicos y partidos son destinados al consumo animal en una cabaña reproductora. “Lo que se busca es tener buena calidad para apuntar al mercado de consumo directo y todo lo que son descartes o subproductos, canalizarlos para el consumo animal”, concluyó el representante de la firma socia de Aapresid. |
Fuente: Aapresid