La Bolsa de Cereales de Buenos Aires fue el escenario de una jornada donde expertos advirtieron que los conflictos internacionales, las decisiones de política estadounidense y los movimientos de capital superaron a la oferta y demanda como motores de las cotizaciones agrícolas. El mensaje de Enrique Erize y Diego de la Puente para el productor argentino es adaptarse a una agricultura «profundamente política»
Durante la Jornada de Actualización Técnica de Legumbres, organizada por la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA) para celebrar su 50° aniversario, dos analistas de mercado, Enrique Erize y Diego de la Puente, de la consultora Nóvitas, ofrecieron un análisis sobre el agromercado global en clave geopolítica.
Ambos coincidieron en que los modelos tradicionales que explicaban los precios solo mediante oferta y demanda han quedado atrás. De la Puente afirmó que «Hoy los precios se definen más en los despachos de Washington que en los lotes del Medio Oeste», destacando que el mercado está condicionado por la política, la guerra y los movimientos de capital.
LA GEOPOLÍTICA SUPERA LOS FUNDAMENTOS CLÁSICOS
De la Puente sostuvo que la formación actual de precios se ha alejado de los fundamentos clásicos. Como prueba de esta desconexión, señaló que el cierre del gobierno estadounidense, que impidió la publicación del informe del USDA en octubre, no inmutó al mercado, algo que «habría sido un terremoto» en el pasado. Tampoco la cosecha récord de maíz en EE.UU. logró mover las cotizaciones. Esto es una clara señal de que el mercado está mirando la macroeconomía y la geopolítica.
En este contexto, los acuerdos comerciales, como los firmados entre Washington y Beijing, adquieren una importancia decisiva. Un ejemplo de esto es el impacto que tiene en las ecuaciones globales que China vuelva a comprar soja norteamericana.
El especialista también hizo hincapié en la fuerte influencia de las decisiones de política internacional de Estados Unidos sobre economías emergentes, como la argentina, que se ha convertido en un «caso testigo de Occidente» y un «experimento dentro de una crisis de identidad de las potencias». Incluso recordó un episodio donde un crédito se destrabó rápidamente porque el secretario del Tesoro norteamericano exigió que se revisaran las retenciones, demostrando que estas decisiones políticas son las que hoy mueven los precios.
OPTIMISMO SOJERO Y CRÍTICAS A EE.UU.
Enrique Erize, por su parte, se centró en las oportunidades para la soja y el maíz. Caracterizado por su estilo frontal, el analista advirtió que los productores deben interpretar correctamente las señales del mercado.
Erize señaló que el mercado de Chicago necesita subir la soja, ya que los stocks en Estados Unidos están cayendo a «niveles intolerables,» situándose en un 5 o 6%. Según su análisis, este nivel de stocks debería reflejar precios cercanos a los 500 dólares, a pesar de que la soja se encuentra en 400 dólares. Predijo que, en algún momento, el mercado tendrá que corregir. La lógica del ciclo sojero estadounidense, explicó, exige que si un año se premia al maíz, al siguiente se debe estimular la siembra de soja, por lo que Chicago «tiene que ‘entonar’ las hojas».
El consultor aprovechó para ironizar sobre las críticas de algunos sectores norteamericanos a la baja de retenciones en Argentina, calificándolas de «queja infantil» y un «absurdo». Argumentó que Argentina llevó 25 años con un 33% de retenciones, lo que representaba una ventaja casi de subsidio para EE.UU., y ahora que bajan, se alega competencia desleal.
Además, Erize desestimó la idea de que la guerra comercial entre Trump y China haya perjudicado al agro estadounidense, ya que el mercado funciona como un juego de suma cero. Explicó que si Argentina vende soja a China, otro país —como EE.UU.— termina vendiendo harina a las naciones que antes compraban a Argentina, ya que «los flujos se reacomodan».
ESTRATEGIAS LOCALES Y COSECHA RÉCORD DE TRIGO
Como estrategia local, Erize aconsejó al productor argentino «vender en el mercado interno y comprar coberturas en Chicago,» una manera de aprovechar un futuro rebote de precios y estar cubierto.
Finalmente, el consultor se mostró muy entusiasmado con la situación del trigo, anticipando una «cosecha superrécord» en el sur de Córdoba, el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Celebró que se esperan rindes de 5.000, 6.000 y hasta 7.000 kilos por hectárea, superando los 3.500 kilos que se cosechaban antes.
El mensaje final de los analistas fue que la estrategia del productor argentino debe incluir inevitablemente la lectura política y financiera del mundo. Si bien «los fundamentals siguen siendo el corazón del mercado,» De la Puente concluyó que «hoy ese corazón late al ritmo de Washington, Beijing y Moscú». Ambos expertos coincidieron en que Argentina tiene la oportunidad de ser un faro en el nuevo tablero global, pero para lograrlo, debe mirar más allá del horizonte del lote y entender que los precios se definen en las capitales del poder.






