El INTA Paraná –Entre Ríos– creó un sistema de alerta que permitió identificar 11 especies de mariposas plagas que provocan daños económicos en los cultivos de soja, maíz, sorgo y trigo.
El Laboratorio de Entomología del INTA Paraná –Entre Ríos– creó un sistema de alerta formado por una red de trampas de luz que, sumado al monitoreo a campo, permitió identificar 11 especies de mariposas plagas que tienen impacto económico en los cultivos de soja, maíz, sorgo y trigo. Con 10 años de registro, se desarrollaron modelos que ayudan a explicar las fluctuaciones de abundancia de los insectos para anticiparse. La información se distribuye a más de dos mil usuarios de la región.
Adriana Saluso, responsable del laboratorio, destacó la importancia de contar con un sistema de alerta: “Gracias al aportes de información de esta red, es posible conocer el área de dispersión de las especies de mayor importancia económica y contar con una base de datos para elaborar modelos fenológicos”.
A partir de la instalación de siete trampas de luz, en diferentes localidades del centro oeste de Entre Ríos, se registra la aparición de cada especie de lepidóptero –mariposa– plaga, se genera información sobre las fluctuaciones poblacionales, se identifican sitios con mayores niveles de abundancia y se relacionan las densidades capturadas con variables meteorológicas.
Esta información, concentrada en el registro de 11 especies cuyos estados larvales tienen capacidad para causar daños económicos a los cultivos de soja, maíz, sorgo y trigo permite conocer qué mariposas están presentes en los agroecosistemas. Y, en función de sus densidades poblacionales, “qué posibilidad existe de encontrar oviposturas –huevos– y larvas pequeñas en los cultivos”, expresó Saluso.
De acuerdo con la investigadora del INTA Paraná, la instalación de estas trampas contribuyó a “detectar, por primera vez en Entre Ríos, la presencia de adultos de Chrysodeixis (ex-Pseudoplusia) includens –falsa oruga medidora– y de Helicoverpa armígera, dos especies difíciles de identificar en estado larval por presentar características morfológicas similares a otras especies de la misma familia de lepidópteros”.
La trampa de luz es un dispositivo que cuenta con un tubo fluorescente –que al encenderse atrae a las mariposas de hábito crepuscular y nocturno–, una estructura con paletas en las que chocan, un embudo donde caen y un canasto que las colecta. “Se las extrae del recipiente, se las adormece y se registra cada especie recolectada en una planilla”, explicó Saluso.
Con esta información se elabora todas las semanas un boletín entomológico que se distribuye a más de dos mil profesionales. “Allí, se presentan gráficamente las fluctuaciones poblacionales de las mariposas nocturnas registradas durante siete días en cada una de las trampas activas”, indicó la especialista del INTA quien agregó: “Además, en aquellos sitios donde las densidades de adultos de lepidópteros capturadas superen los niveles normales, se emiten los ‘Avisos de Alerta Zonales’ para que los productores y asesores profesionales puedan intensificar los monitoreos”.
De esta manera, “los responsables del seguimiento de los cultivos pueden seleccionar con antelación la mejor estrategia de manejo para evitar que los insectos fitófagos causen daño irreversible, además de reducir costos operativos y proteger la calidad de sus productos”, indicó Saluso.
Asimismo, la responsable del laboratorio detalló que el boletín incluye información básica, práctica y actualizada de una especie plaga en particular y las pautas de manejo compatibles con el ambiente. De esta manera, productores, estudiantes y público en general acceden a los datos sistematizados mediante el ingreso al sitio web del INTA Paraná.
Los sistemas agrícolas son propensos a la aparición de plagas, principalmente insectos, que cuando superan una determinada densidad poblacional sin la aplicación de estrategias de manejo que la regulen causan daño económico a los cultivos agrícolas. En este sentido, Saluso explicó que el Manejo Integrado de Plagas (MIP) es un proceso en el que “se coordinan múltiples tácticas para optimizar el control de toda clase de plagas de una manera ecológica y económicamente sustentable”.
Modelos más eficientes
La información generada por las trampas de luz se organiza y sistematiza en una base de datos, administrada por investigadores del INTA, para desarrollar modelos fenológicos termodependientes que explican científicamente las fluctuaciones poblacionales de los insectos en paisajes agrícolas.
Eduardo Trumper, del Laboratorio de Entomología del INTA Manfredi –Córdoba-, explicó que “se trata de modelos matemáticos o de simulación que condensan los datos sobre la reproducción, la mortalidad y la velocidad de desarrollo de la población plaga”.
En ese sentido, junto con la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, se desarrolló el sistema informático Artropb. “Permite poner en práctica los modelos construidos”, expresó Trumper y agregó: “Para poder realizar simulaciones específicas de una plaga en particular y un período específico, se necesitan datos de temperatura diaria, además de ingresar los parámetros biológicos de la especie de interés”.
Según Julio Edelstein, del mismo laboratorio del INTA Manfredi, se trata de un tipo de modelo que busca contribuir a la optimización de tiempo y recursos porque “puede identificar la medida de manejo –qué insumo usar y cuándo usarlo– que arroje la mayor eficiencia”.
“Los modelos en los que estamos trabajando son instrumentos que apoyan la investigación y apuntan a explorar escenarios ambientales o de manejo hipotéticos”, concluyó Edelstein.