Suichi Tokumoto, cautivado por la eficiencia de la siembra directa descubierta en Argentina, lidera una ambiciosa transformación en los cultivos de su país, proyectando un futuro de mayor rendimiento y sostenibilidad agrícola.
Suichi Tokumoto, un destacado productor de arroz en Japón y presidente de la Japan Biotech Crops Network y la empresa Trees and Norf, está impulsando una verdadera revolución agrícola en su país gracias a la técnica de la siembra directa (SD). Su encuentro con esta metodología se produjo en 2022, durante una visita a Argentina para participar del Global Farmer Network en Rosario, un evento donde la siembra directa es una práctica consolidada. «Me inspiró y me sorprendió felizmente», afirmó Tokumoto, quien vio en ella la solución a los desafíos agrícolas de Japón, un país con una superficie territorial reducida, apenas un 40% de área cultivable, y una gran población de adultos mayores. La siembra directa es un sistema muy novedoso en Japón, y su éxito inicial ha captado la atención del gobierno.
Tras extensas investigaciones, el equipo de Tokumoto logró diseñar una máquina específica y apta para el clima y el territorio japonés. Esta innovadora sembradora se distingue por contar con tres espacios que funcionan simultáneamente para fertilizante, fitosanitario y semillas. Además, incorpora un mapeo satelital con información de los últimos diez años, lo que permite dosificar insumos según las características y necesidades específicas del suelo. Esta metodología no solo es más eficiente, sino que también genera ahorros significativos: un 10% en fertilizantes y un 20% en semillas al utilizar solo 20 kilos por hectárea, en comparación con el método tradicional. Otras innovaciones cruciales incluyen un sistema de control de malezas por selección y la no utilización de agua, una tendencia global en la agricultura.
Tokumoto aplica esta técnica para la siembra directa del arroz sobre residuos de cultivos de cobertura, complementada con la fertilización mediante drones. Con ello, busca revertir los números negativos de la producción actual y aumentar sus rendimientos, anticipándose al crecimiento previsto del consumo de arroz debido al aumento poblacional en Asia y África. Su visión a futuro es ambiciosa: expandir el área de cultivo de las actuales 110 hectáreas a 1000 hectáreas para el año 2030 gracias a este cambio transformador.