En el corazón de la zona más fértil de Argentina, un productor y asesor puso a prueba 34 híbridos de maíz en un mismo lote. El NS 7765 VIPTERA 3 no solo se ubicó entre los cuatro de mayor rendimiento, sino que demostró una estabilidad excepcional al resistir la escasez de lluvias en el período crítico, superando al testigo en un 7%.
Martín Albornoz, productor y asesor agropecuario en el norte bonaerense, emprendió un desafío técnico poco común: medir el comportamiento de 34 híbridos de maíz provenientes de 12 semilleras diferentes en siete hectáreas. Este exhaustivo seguimiento, realizado bajo condiciones de manejo tradicional en la zona núcleo, se considera uno de los ensayos más grandes de los que él tenga registro en el área.
Albornoz, quien además dirige la empresa Grupo DTP, dedicada a la gestión integral de campos, llevó a cabo la siembra temprana el 17 de septiembre, con cosecha programada para el 13 de marzo. El área de influencia del productor abarca unas 5000 hectáreas alrededor de Ascensión, una región reconocida por ser la más productiva del país, con suelos de buena fertilidad donde, en años normales, el maíz puede superar los 12.000 kilos por hectárea.
Sin embargo, la particularidad de este ensayo fue la dura condición climática. El único y principal problema se centró en el período crítico, entre diciembre y enero, cuando la precipitación fue drásticamente baja: solo 63 milímetros en diciembre y 32 en enero. Esta falta de agua afectó «muchísimo el rendimiento», relató Albornoz.
Resistencia a la adversidad
Fue precisamente en este contexto de estrés hídrico donde un híbrido se destacó como protagonista: el Nidera NS 7765 VIPTERA 3. Este material «se comportó muy bien en siembra temprana» y mostró una «estabilidad notable» durante el período de sequía.
En las condiciones secas que imperaron, el rendimiento registrado para el NS 7765 VIPTERA 3 fue de 9.960 kilos por hectárea. Esto significó una ventaja de 724 kilos por hectárea sobre el testigo, lo que representa un 7% más de rinde. Adicionalmente, el híbrido se ubicó entre los cuatro mejores rendimientos generales y exhibió un «excelente comportamiento frente a vuelco».
Según registros de PROTEA, el buen resultado del NS 7765 tiene una base lógica, ya que en localidades cercanas como Vedia, Junín y Chacabuco, el híbrido ya había promediado 10.488 kilos por hectárea, situándose entre los más altos de la zona.
Expansión de la superficie y soporte técnico
Los resultados obtenidos han consolidado la relación del productor con la semillera. Albornoz elogió la atención del equipo local de Curaca Agro (RED.IN), destacando que son gente «muy capacitada» y no solo comerciales, y calificó el servicio de postventa como el «número uno». Resaltó que el RED.IN local posee un gran conocimiento del cultivo de maíz y brinda un apoyo significativo, incluso en el análisis de datos.
Impulsado por el éxito del NS 7765 VIPTERA 3 en el ensayo, Albornoz definió una ampliación sustancial de la superficie dedicada a este material para la próxima campaña. El productor planea pasar de 20 hectáreas sembradas con semillas de Nidera el año pasado, a 200 o 250 hectáreas este año.
Mirando hacia el futuro, Albornoz adelantó que continuarán con la investigación, planificando un nuevo ensayo de tecnología aplicada. Este futuro estudio incluirá la comparación del híbrido en dos densidades —alta y baja— y también se comparará su desempeño con y sin la aplicación de fungicida, buscando seguir desarrollando el potencial del NS 7765 VIPTERA 3.



                                    


