Con una demanda internacional creciente y la rentabilidad en ascenso, el país que produce casi 4 millones de hectáreas de alfalfa se propone pasar de consumir internamente a exportar un «commodity» de alto valor, un desafío que se abordará en las próximas jornadas de Pozo del Molle y Carrilobo.
Argentina se encuentra ante una oportunidad de oro para consolidarse como un actor clave en el mercado global de la alfalfa de calidad. Tradicionalmente orientada al consumo interno y al pastoreo animal, la alfalfa argentina busca ahora transformarse en un «commodity» de exportación, un cambio de paradigma que impulsa eventos como Espoalfa Córdoba. Este evento, que se realizará en octubre, es la continuidad de una serie de acciones destinadas a generar alfalfa de alta calidad y satisfacer una demanda internacional que hoy el país no logra cubrir.
La potencialidad es inmensa, pero la realidad actual dista mucho de explotarla. Hace algunos años, grandes productores argentinos no pudieron responder a una solicitud de Irak, un país que sin ser de los más ricos de Medio Oriente, demandaba 100.000 toneladas de alfalfa por mes. Esta cifra es abrumadora cuando se compara con la capacidad exportadora actual de Argentina. España, por ejemplo, con apenas 100.000 hectáreas cultivadas, exporta 1.5 millones de toneladas de pastos deshidratados, mientras que Argentina, con casi 4 millones de hectáreas, «no exporta nada» significativo. La principal razón es que la alfalfa se ha visto mayormente como un sustituto de la carne o la leche para el consumo interno, y no como un cultivo agrícola para la exportación.
Un Cultivo Noble con Demanda Creciente
La alfalfa emerge como una opción «tremendamente interesante» debido a su rentabilidad creciente, especialmente ante la disminución de beneficios en otros cultivos. La demanda internacional es «cada vez mayor», impulsada por el crecimiento de las clases medias en países del sudeste asiático, árabes y de Europa del Este, lo que se traduce en un mayor consumo de carne y leche y, por ende, una necesidad insaciable de pasto.
Además de su valor comercial, la alfalfa es un cultivo «tremendamente noble»: no solo mejora la calidad de la leche, los quesos y la carne, sino que también aporta nitrógeno al suelo y lo oxigena con raíces que pueden alcanzar los 5 o 7 metros en cuatro años.
La inacción argentina frente a esta demanda ya tiene consecuencias tangibles: empresas multinacionales de capitales árabes han decidido instalarse en Córdoba para producir ellos mismos la alfalfa que antes pretendían comprar en la provincia. Esto subraya la urgencia de que Argentina tome «la posta» y se organice para producir más y mejor alfalfa para exportación. El país cuenta con ventajas innegables: técnicos altamente calificados, algunos de los cuales asesoran a gobiernos como el de China, Pakistán o España en producción de alfalfa, además de tierras, suelos y, en algunas regiones como el sur o Río Negro, condiciones hídricas óptimas.
Espoalfa Córdoba: Del Debate a la Acción
Conscientes de este potencial y la necesidad de acción, se busca que la calidad de la alfalfa sea una «cuestión de Estado». Para ello, Espoalfa Córdoba, continuación de jornadas previas en Santa Fe y la Patagonia, y en conjunto con una diplomatura en alfalfa de calidad con la Universidad de Villa María, busca ser un catalizador.
Las jornadas nacionales de alfalfa se realizarán el 15 de octubre con una muestra estática en Pozo del Molle, abordando temas cruciales como la medición de la calidad desde la elección de la variedad y la genética, hasta el manejo del cultivo, la incorporación de tecnología, el mercado, el comercio interior y la rentabilidad. Se presentarán avances tecnológicos en corte, juntado y enfardado de alfalfa. Además, se trabajará con el gobierno de Córdoba en proyectos de desarrollo productivo en zonas estratégicas de la provincia para mejorar la logística exportadora.
El segundo día del evento ofrecerá una «muestra en acción» en un campo cercano a Carrilobo, donde se podrá observar maquinaria de última generación en funcionamiento: desde equipos de corte y cegado hasta hileradores, enfardadores, enrolladores, mixers y drones. Será un «verdadero show» que promete atraer a «muchísima gente».
El objetivo de Espoalfa Córdoba va más allá de ser un simple evento: se busca que sirva para «pasar a la acción», organizando a productores y estamentos estatales para que la visión de una Argentina exportadora de alfalfa de calidad se haga realidad. La entrada a las jornadas será «libre y gratuita» previa inscripción, con una expectativa de reunir a cerca de mil productores alfalferos, priorizando la «calidad más que la cantidad» para un evento segmentado y calificado. Es el momento de que Argentina asuma su «deber ineludible» de organizarse y producir para el mundo.