En enero-septiembre de este año se patentaron 61.402 unidades de las cinco camionetas de mayor uso en el ámbito agropecuario versus 53.916 vehículos en el mismo período de 2015, según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara).
Buena parte del crecimiento de las ventas se explica por la recuperación del poder de compra de los empresarios agropecuarios, aunque, más allá de la generalidad, existen situacionescontrastantes.
Este año algunos empresarios agrícolas –especialmente en el sur de la región pampeana– se encontraron con una liquidez mayor a la inicialmente prevista en función de rindes y precios de venta de soja y maíz superiores a los presupuestados. Y las empresas ganaderas que no experimentaron inconvenientes climáticos lograron mejorar los niveles de renta de manera significativa.
Pero, como contrapartida, la mayor parte de los tamberos argentinos están experimentando una fase crítica porque al menos en el último año los costos de producción superan a los ingresos. Y los productores agrícolas –localizados fundamentalmente en el norte de la zona pampeana– que perdieron buena parte de su cosecha por el desastre climático ocurrido en el primer semestre del año no cuentan en general con liquidez suficiente para reponer equipos.
El anterior récord de patentamientos registrado en enero/septiembre de 2013 –con 58.445 camioneras– se sustentó fundamentalmente en la posibilidad de adquirir vehículos con créditos bancarios que por entonces se ofrecían a tasas de interés reales negativas muy convenientes.
En los primeros nueve meses de 2016 el liderazgo en el segmento de “camionetas agropecuarias” lo mantuvo Toyota Hilux con un 41.7% del mercado, seguido por Volkswagen Amarok con 23.9%, Ford Ranger con 22.6%, Chevrolet S-10 con 10.2% y Nissan Frontier con 1.6% (ver planilla).
Un estudio presentado esta semana por el equipo técnico del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que este año los empresarios agrícolas pagarán casi la misma cantidad de impuestos que el año pasado.
Pero ahora los empresarios agrícolas tienen en promedio un mayor poder de compra porque sereemplazó en buena medida un impuesto distorsivo (derechos de exportación) por otro asociado a los niveles de rentabilidad efectivamente obtenidos (como por ejemplo Ganancias y Créditos y Débitos Bancarios).