Ante la escasez de márgenes, el especialista en Ecofisiología de la Universidad Nacional de Rio Cuarto advirtió sobre la tendencia de restringir la inversión para minimizar costos, señalando que esa elección suele incrementar las pérdidas. La clave para la rentabilidad es la nutrición inteligente: se necesitan entre 7 y 8 elementos químicos en discusión para lograr un manejo balanceado y evitar el colapso en el uso del agua y el nitrógeno.
«La gestión del agua es fundamental en el manejo de cultivos, especialmente durante el periodo crítico de floración, que es el momento más sensible para la pérdida de rendimiento». Con esa afirmación, el Ing. Gabriel Espósito apeló al manejo para aprovechar todos los recursos y mejorar el rendimiento en el campaña maicera 2025/26. El especialista en Ecofisiología del Maíz de la Universidad Nacional de Río Cuarto disertó en el Workshop de NK Semillas realizado en la localidad de Rio Segundo. Para el especialista, «el ambiente actual se caracteriza por ser un «año neutro» con una buena reserva inicial que debe ser administrada con inteligencia. La prioridad es aprovechar al máximo cada milímetro de agua disponible, ajustando la densidad, la distancia entre hileras y, crucialmente, la nutrición».
El Alarmante Deterioro de los Suelos Cordobeses
Espósito advirtió sobre «el grave problema de deterioro nutricional en Córdoba que provoca una caída significativa en la eficiencia del uso del agua». Al analizar la nutrición balanceada promedio en los lotes de Córdoba, «se podrían identificar entre 7 y 8 elementos químicos en discusión. Este hallazgo confirma que el suelo está sufriendo un proceso de deterioro importante», destacó.
Para Espósito, «si no se aplica una nutrición equilibrada, dos eficiencias vitales se desploman: la eficiencia en el uso del agua (la más importante) y la eficiencia en el uso del nitrógeno. Este deterioro se observa en líneas generales en todo el territorio de Córdoba. Aunque es posible que hacia el norte el conflicto sea menor, debido a una historia agrícola más corta que permite que el suelo aún mantenga alta fertilidad en algunos nutrientes, el problema es completo desde Córdoba hacia el sur, por reiretado mal manejo del recurso suelo».
También apuntó a la preocupación creciente es el proceso de acidificación que están sufriendo los suelos: «Esto es especialmente notorio en ambientes de producción tambera o ganadera, donde la cosecha de la planta entera (de maíz o alfalfa) extrae todos los nutrientes, intensificando la acidificación».
Cambio de Paradigma Económico: Inversión Inteligente para Más Rendimiento
Espósito recordó una máxima que suelen llevar adelante los productores especialmente en épocas de margen estricto. «Los productores suelen reducir la inversión previa a la siembra, especialmente en lo que se le aporta al suelo. Sin embargo, esta práctica se considera una «gran equivocación», señaló.
El especialista señaló en el Workshop de NK Semillas que «el resultado económico de un cultivo no depende fuertemente de los gastos realizados, sino del ingreso. Dado que el margen bruto es el ingreso menos el costo, lo que define el margen es el ingreso, y este, a su vez, está definido por el rendimiento. Por lo tanto, todo lo que atente contra el rendimiento atenta contra el margen. Frente a un margen pequeño, la estrategia debe ser buscar más rendimiento».
Por eso, destacó que «si se tienen márgenes chicos, minimizar costos y restringir el rendimiento es, de hecho, incrementar las pérdidas. Y agregó que «la clave no es que la inversión deba ser mayor, sino que debe ser inteligente. Para lograr esta inteligencia, se requiere de más esfuerzo, incluyendo más muestreo, más análisis y más interpretación. El productor debe elegir lo correcto, que a veces no es lo más barato, sino lo necesario, aunque sea más caro».
Recomendaciones Sanitarias y Manejo de Enfermedades
Sobre el final de su prese ntación, Espósito destacó a la sanidad como otro punto central, y las empresas de semillas han realizado una gran apuesta para brindar soluciones a este respecto.
«En el caso de los maíces tempranos, que han recuperado superficie en Córdoba por sus características climáticas, existe el riesgo de un ataque de roya debido a las condiciones ambientales. Se recomienda que los productores monitoreen sus cultivos y, si detectan la presencia temprana de roya (cuando el maíz tiene 8, 10 u 11 hojas), realicen un control. Este control no es necesario solo en aquellos cultivares que posean alta resistencia».
«Para el maíz tardío, si se presenta un verano con escasez hídrica, el estrés se traduce en un incremento de enfermedades como el tizón, una característica particular del norte de Córdoba. Aunque los materiales tolerantes tendrán mejor desempeño, la clave en ambos casos (maíz temprano y tardío) siempre es el monitoreo y un control temprano y preventivo de la enfermedad. El manejo integrado de plagas requiere ineludiblemente de esta vigilancia constante», concluyó Gabriel Espósito.
