El relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba se realizó del 7 a al 13 de julio.
Un informe reciente detalla los impactos de las bajas temperaturas y la escasez de lluvias en la campaña de trigo y garbanzo en Córdoba, aunque la mayoría de los cultivos mantiene un estado favorable con esperanzas de recuperación.
El desarrollo de los cultivos de trigo y garbanzo en la provincia de Córdoba atraviesa una etapa inicial compleja durante la primera quincena de julio. Las fuertes heladas registradas entre finales de junio y principios de julio se consolidaron como el principal condicionante para ambos cultivos.
Según el relevamiento del 07 al 13 de julio, se observaron síntomas de daño por frío en ambos cultivos, incluyendo una desaceleración del crecimiento, retraso fenológico y, en algunos casos, amarillamiento de hojas, incluso en lotes que inicialmente presentaban una buena implantación.
A la par de las bajas temperaturas, la escasez de precipitaciones también afectó negativamente el panorama agrícola. En el caso del trigo, se reportaron casos de implantación deficiente, emergencia irregular y estrés hídrico, particularmente en suelos con baja retención de humedad o donde la siembra se efectuó sin las condiciones adecuadas en el perfil del suelo. La ausencia de recarga hídrica en abril fue identificada como un factor limitante clave para lograr una siembra en fecha y con las condiciones idóneas.
Para el garbanzo, aunque predominó el cultivo bajo riego, también se mencionaron efectos asociados a la falta de agua en zonas sin acceso a este recurso. En contraste, los lotes con acceso a riego demostraron un comportamiento general superior, tanto en trigo como en garbanzo, destacándose por alcanzar una buena implantación y un desarrollo más uniforme.
A pesar de estas condiciones desfavorables, el informe subraya una nota de optimismo: la mayoría de los lotes presenta un estado general entre bueno y muy bueno. En esta etapa fenológica, que se ubica después de la emergencia y antes del período crítico de los cultivos, los daños actuales por frío y estrés hídrico no necesariamente se traducirán en una pérdida significativa de rendimiento. Esto se debe a que ambos cultivos aún cuentan con margen para recuperarse si las condiciones climáticas mejoran en las próximas semanas.
En cuanto al estado sanitario, el panorama es favorable. En el cultivo de garbanzo, aún no se ha observado presencia de plagas o enfermedades. Para el trigo, se reportó la presencia de pulgón verde (Schizaphis graminum), aunque en una baja incidencia.
Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba