Big Data, una herramienta que en el agro es utilizadacon el objetivo de optimizar los resultados productivos, pero que en ese ámbito también puede tener otras utilidades, como por ejemplo elaborar un mapa sobre la accesibilidad a las escuelas rurales.
En Utopía, ciclo de podcast la Fundación Lúminis y la Fundación Bunge y Born, se abordaron diferentes aspectos vinculados a la Big Data
Se sabe que, en el campo, se aplican sensores en el suelo para medir condiciones de humedad, temperatura y PH de la tierra. Esa información, luego se procesa para mejorar la gestión de los cultivos. Otro ejemplo es el registro de imágenes georreferenciadas de las zonas agrícolas, por medio de drones que sobrevuelan el territorio para detectar malezas o plagas, lo que permite anticipar la expansión de las mismas para poder combatirlas con tiempo.
En definitiva, la Big Data es una tecnología que se aplica para almacenar y procesar información. Si esos datos exceden la capacidad de procesamiento de una sola computadora, lo que se hace es dividir ese volumen de información en partes más pequeñas, para que puedan ser procesadas por un conjunto de computadoras. Así, cada computadora se transforma en un nodo y el conjunto de estas conforman un clúster de big data.
Para ampliar esa aplicación y entender cómo se aplica la big data, Utopía dialogó con Walter Sosa Escudero, profesor de la Universidad de San Andrés (UdeSA) e investigador del CONICET, y Antonio Vazquez Brust, cientista de datos/Urbanista y Fellow en la Fundación Bunge y Born, quienes reflexionaron sobre qué objetivos y utilidades tiene esta herramienta, qué tecnologías se ven involucradas y en qué consisten esos algoritmos que procesan los miles de millones de datos en tiempos récord.
Antonio Vazquez Brust demostró que la Big Data también puede tener otra utilidad en el ámbito rural más allá de la producción agropecuaria. En ese sentido, se refirió a un proyecto social, en el que está involucrado, donde se utilizó esta herramienta para hacer un mapa de accesibilidad a las escuelas rurales de Argentina, principalmente enfocado en la visibilizarían de los trayectos, los recorridos, los tiempos y las dificultades que implica trasladarse para los alumnos y docentes desde sus casas hasta las aulas.
“Medimos el tiempo que les toma a los alumnos llegar a las escuelas. La pregunta original fue qué causa que caiga fuerte la matrícula de estudiantes rurales cuando hacen el paso de la primaria a la secundaria. Analizamos si la distancia tenía que ver con esto, si es porque hay menos secundarias rurales o están ubicadas más lejos de los estudiantes”, explicó.
En ese sentido, detalló: “Identificamos de varias fuentes de datos oficiales, que provienen de censos educativos. Se trató de una base de datos georreferenciadas, con las posiciones exactas de coordenadas, de unas 60.000 escuelas en todo el país. Conociendo donde estaban las mismas, el desafío luego fue medir, con mucha granularidad, literalmente millones de puntos en todo el territorio argentino, y así estimar cuánto tiempo lleva caminar hasta la escuela desde cada uno de esos puntos. Entonces, nuestro segundo insumo fue la Red Vial Argentina, y simulamos trayectos a pie desde cada uno de estos puntos, que cubren todo el país, hasta la escuela más cercana. Ahí es donde detectamos que en algunos casos había muchas horas que debían caminar para llegar a la escuela rural más cercana”.
Por su parte, Walter Sosa Escudero explicó que la Big Data “es un fenómeno que se relaciona con la proliferación de datos masivos producto de interactuar con cosas que están interconectadas, como las redes sociales, las computadoras y los sensores que dejan huellas digitales y generan información que permiten estudiar, en particular, muchas cosas del comportamiento humano, que antes estaban vedadas”.
En tanto, el especialista opinó: “Cuando aparece una tecnología nueva, la gente tiende a tener opiniones extremas. Está la gente que dice ‘a partir de ahora, todas las preguntas se las vamos a hacer a los datos y no tiene sentido todo lo que venimos haciendo hasta ahora del método científico, etc’. Pero después están los del otro extremo, que creen que es una tontera que va a pasar de moda. Lo que trato de hacer es aportar una visión científica sobre todas estas cosas, porque creo que todo tiene ventajas y desventajas. La Big Data tiene enormes ventajas y estamos siendo testigos de una revolución de datos que nunca pensamos que íbamos a verla. Desde ese punto de vista, soy muy optimista. Pero, por otro lado, me toca observar cosas donde la Big Data no tiene nada, o poquito, para decir. Como en evaluar fenómenos causales o en predicciones de cosas que pueden cambiar su contexto”.