El pedido tiene que ver con los cambios anunciados por la Secretaría de Agricultura sobre el asunto de retenciones.
La Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación enviará al Congreso un proyecto con esquema de retenciones para diversas producciones del campo. El asunto, que según el Gobierno tiene que ver con la búsqueda del equilibrio fiscal, ha tenido una serie de cambios a partir de reclamos de la Mesa de Enlace y otros organismos para poner al resguardo sistemas de producción complicados, como la lechería. El secretario Fernando Vilella grabó un video difundido por las redes sociales oficiales en el que explicó que se decidió finalmente dejar en 0% la alícuota para algunas economías regionales y para la lechería, pero se decidió eliminar el diferencial que había entre los subproductos de soja (que pagan 31%) y los porotos de la oleaginosa (33%), de manera de compensar para cumplir con los objetivos fiscales. Pero la Cámara Argentina del Maní emitió un comunicado pidiendo que su producción no sea afectada, como se baraja en el nuevo cambio de proyecto, con la suba del 15 % de retenciones. En el comunicado se expresa lo siguiente:
El maní argentino es un ALIMENTO de alta calidad y CON ALTO VALOR AGREGADO que genera trabajo y desarrollo económico en el territorio regional donde se siembra, procesa y comercializa, ubicándose actualmente su zona industrial mayormente en la
Provincia de Córdoba y que reúne todas las características para calificarla como ECONOMÍA REGIONAL.
El proceso industrial se realiza en más de 30 localidades, constituyendo la base principal del empleo de estos pueblos (12.000 puestos de trabajo directos e indirectos).
Tratándose de una economía regional fuertemente orientada a la exportación (más del 90% de las ventas son en el exterior), el maní mantiene la necesidad vital de ser exento de impuestos como los derechos de exportación y otros, que constituyen un grave
obstáculo a su competitividad internacional y tienen solamente un fundamento de recaudación y no de control o regulador de precios del mercado interno.
La situación económica del sector en 2023 es extremadamente grave: por un lado el costo del producto es afectado negativamente por los elevadísimos valores de arrendamiento de los lotes en la siembra 2022, como consecuencia del aumento del
precio de commodities luego del conflicto entre Rusia y Ucrania. Por otra parte, la sequía de este año ha afectado el maní de manera particular, reduciendo el rinde promedio de casi el 30% y con un área sembrada reducida un 10% aproximadamente.
En el pasado hemos podido observar el efecto desastroso de los derechos de exportación sobre la competitividad internacional de nuestro sector. En los mercados donde la calidad del producto y del servicio son los elementos competitivos más
importantes, por ejemplo, los países de la Unión Europea y el Reino Unido, pudimos mantener nuestra cuota de mercado. Sin embargo, en países donde los compradores son más sensibles al precio, como en el caso de Rusia, Ucrania y Argelia, la introducción
de los derechos de exportación ha coincidido con una pérdida de cuotas de mercado en favor de Brasil, nuestro competidor que no cuenta con impuestos sobre las exportaciones.
Ha llevado mucho tiempo, dinero y esfuerzo de parte de empresas, en su mayoría familiares, lograr posicionar al maní argentino en el mundo, gozando hoy de un prestigio basado en la profesionalidad, el cumplimiento irrestricto de los contratos y la calidad
exportada con sustento en la aplicación de la última tecnología. Con la aplicación de derechos de exportación del 15% se condena a una industria exitosa (cuya una de sus principales virtudes es la de ser una generadora neta de divisas) a su pérdida de posición
en el mercado mundial.
Nunca, jamás, en la historia del maní, existieron derechos de exportación tan altos.
Una vez más, pareciera ser, que hacer bien las cosas en Argentina merece castigo.
Por todo lo expuesto solicitamos se reconsidere la hipótesis de introducción de un derecho de exportación para el maní como fue anunciado. Deben reconsiderar al maní como una economía regional que produce un alimento, que cuenta con industrias
altamente tecnificadas, que genera empleo y es fruto de las pujantes economías de muchos pueblos del interior del interior.
Los efectos negativos serían mucho más profundos que una reducción de las exportaciones, muchas empresas no podrían soportar el desequilibrio económico y todo el sector se encontraría en la imposibilidad de mantener las inversiones necesarias para
asegurar el nivel de calidad que permitió al maní argentino ser el primer exportador mundial durante tantos años.