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Clima: Anticipan que «La Niña» podría debilitarse en enero

Lo dice Elorriaga y es una buena noticia para las lluvias de febrero. Pero lo que sigue en los próximos 15 días
no es alentador. Aiello explica que los mecanismos regionales se están haciendo menos efectivos y hay
una zona de alta presión instalada que impide la evolución de lluvias en el este.

“Es posible que con el correr de enero 2022 la influencia del forzante del Pacífico comience a
debilitarse” Charlando con el Dr. Aiello y el consultor Elorriaga hay buenas y malas noticias. La primera es que la primavera
dejó lluvias mejores de lo que se esperaba y que hoy mantienen a los cultivos de soja y maíz en muy buenas
condiciones en la región núcleo. La otra buena es que las proyecciones para “La Niña” indican que podría empezar a
debilitarse con lo cual las lluvias de febrero para Argentina serían más generosas de lo que se estaba
previendo. Pero la mala, es que no hay lluvias a la vista en la próxima semana, y enero comenzaría con
dificultades para que se desarrollen. Las actuales previsiones para Argentina indican lluvias de 5 a 15
mm para la mayoría de sus zonas productivas, cuando hay requerimientos urgentes para que los maíces no
pierden potencial de rinde.
La primavera que le ganó a La Niña Suelen llover, como media estadística del período, entre
250 a 350 mm. Prácticamente, toda la región núcleo alcanzó o superó los valores medios estadísticos de agua
previstos para la estación. La primavera 2021 se despidió con un último aporte de agua que nuevamente priorizó la
franja oeste de la región pampeana.

“Pero es poco probable que el verano se comporte de manera similar…”
Lo dice Aiello, que afirma que la situación de precipitaciones provocadas por los mecanismos de escala
regional está cambiando. “Las incursiones de los sistemas frontales desde el sur, que hasta el momento
aparecían con una frecuencia adecuada, se están haciendo menos habituales y la acumulación de aire
cálido y húmedo proveniente del norte no encuentra catalizador que transforme esa humedad en lluvias. Se
suma a esto, una zona de alta presión instalada que impide la evolución de las perturbaciones hacia el este,
provocando que solo las regiones ubicadas más al oeste se escapen de esa influencia negativa. Según los
pronósticos de corto y mediano plazo, los aportes pluviales de la última semana de diciembre no van a
estar a la altura de la demanda y probablemente deberemos esperar el inicio de enero para obtener
alguna respuesta positiva”. Elorriaga, sigue diciendo que “arrancar el verano con una menor actividad de las
precipitaciones tampoco significa que todo el período se mantendrá totalmente deficitario. Esto ya lo hemos comprobado al transitar una primavera que fue más generosa que lo previsto, considerando la presencia de
dos fenómenos Niña consecutivos. Basados en el comportamiento de las lluvias en los últimos tres
meses y en la dinámica de los fenómenos de escala planetaria, es posible que con el correr de enero 2022
la influencia del forzante del Pacifico comience a debilitarse. Esto permitiría un régimen de lluvias,
quizás no demasiado generoso, pero adecuado para los requerimientos de los cultivos en su etapa de
definición”.

“De no llover en esta semana, en la próxima se empieza a perder potencial de producción”, dicen los
ingenieros de Carlos Pellegrini. Y lo dicen porque los maíces tempranos de la región están en pleno período
crítico: ya en floración femenina y algunos llenando granos. En esta etapa el suministro hídrico es
fundamental: la relación entre los milímetros consumidos y el rendimiento es directa. La necesidad del cultivo es
de 6 a 8 mm diarios. El problema es que, si bien la primera quincena de diciembre dejó algunas lluvias importantes,
las altas temperaturas pusieron al cultivo contra las cuerdas. Tras las altas temperaturas de la semana el cambio de escenario respecto a siete días atrás es notable. Las reservas de agua útil en el 54% de la región
presentan condiciones de escasez hídrica y un 14% están en condición de sequía. Solo en el tercio restantes
las reservas son de adecuadas a abundantes. Parece una contrariedad porque aun así la mayor parte de los
cuadros de maíz aún se conservan en condiciones de buenas a muy buenas, pero el regreso de las tormentas
es urgente para no comenzar a perder rinde.


¿Cuánta agua necesita el maíz hasta fin de año?

En el 70% de la región núcleo afectada por la falta de agua se necesitan 40 mm para llegar para terminar el
2020 de la mejor manera. En Bigand, ya comienza a verse amarillamiento y marchitamiento de hojas
basales en los lotes con rotaciones mal planteadas. Por ahora se tratan de los cuadros “muy chacareados” y con
bajas dosis de nitrógeno, pero “de no llover en los próximos días, el déficit hídrico se va a expandir a lotes
que vienen bien manejados, fundamentalmente los sembrados más tarde”. En San Antonio de Areco por
ahora no se notan cuadros afectados por la falta de agua ni por las altas temperaturas: “están buenos, ya que todas
las etapas de crecimiento se fueron dando con pocas lluvias. Los maíces no se desarrollaron de forma excesiva,
lo que permite pasar la seca en mejor forma. Pero, si sigue así unos días más, se va a ver afectado el rinde
potencial”. El panorama es el opuesto en la franja que va de San Gregorio a Rufino y General Villegas. Allí, las
reservas son adecuadas a abundantes pasarán el periodo crítico sin inconvenientes.
Soja de primera: con casi el 60% en muy buenas condiciones pero usando “las reservas”
Las lluvias de noviembre asistieron en el estadio vegetativo para potenciar el despegue y sostienen los niveles de
crecimiento. Por eso la soja de primera está en carrera con todo el potencial de rinde intacto. El 58% está en
muy buenas condiciones; el 38%, en buenas. Sin embargo, diciembre escatimó lluvias en el este de la región
y las altas temperaturas prendieron la alarma en el tablero: algunos cuadros comienzan a mostrar la falta de agua.
Ya hay lotes pasando a condiciones regulares (4%). Por un lado se tratan de los afectados por el granizo, caso de
Marcos Juárez, pero también en San Antonio de Areco por la falta de agua en la siembra o en el centro sur de Santa
Fe por la ausencia de lluvias de los últimos quince días, mientras la presión térmica no cede. Y todavía la soja no
llega ni a la mitad del recorrido que tiene por delante: el 60% de la soja de primera de la región núcleo está
iniciando la floración (R1) y el resto pronto ingresará a esta etapa. Si bien, aún falta para el periodo más crítico
del cultivo, es necesario el regreso de las lluvias. Las plagas tampoco ceden: los ingenieros a están a plena actividad
de monitoreo. Isoca bolillera, megasceles y trips están presentes, con baja presencia, por el momento.
Tramo final de la siembra de soja de segunda El 88% de la soja de segunda está sembrado. El centro
sur de Santa Fe completó la siembra y los nacimientos son muy buenos, mientras que hacia el sur provincial todavía
resta un 40% del área. El sudeste cordobés está casi por finalizar la implantación. En el noreste bonaerense resta
por cultivas el 30% de los lotes. En San Antonio de Areco se requieren lluvias de importancia para poder
seguir sembrando en los últimos lotes cosechados.

Fuente: GEA. Guía Estratégica para el Agro. BCR

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