Los productores vitivinícolas de esta ciudad fueron los protagonistas de la última asamblea de vecinos autoconvocados que se realizó, el pasado miércoles, frente a la Municipalidad.
Fue la sexta convocatoria del grupo de personas que, hace 40 días, solicita audiencias públicas y explicaciones sobre el proyecto de ampliación de la zona urbana de la ciudad.
Los integrantes del grupo Vitis (ex Pro-vid) hablaron ante un importante grupo de vecinos que se concentraron en la vereda mientras, en el Concejo Deliberante, los ediles mantenían una sesión bastante tensa.
La Ing. Agr. Daniela Mansilla fue la responsable de recordarle a los presentes que el pedido de un ordenamiento territorial es el eje de las reiteradas notas que los productores han enviado a las autoridades desde hace una década.
“Como grupo, hace varios años que estamos analizando el tema; hay que ordenar el territorio para seguir produciendo y que, si se va a invertir, no sea en vano y que sea perdurable en el tiempo”, comentó la profesional.
Para los trabajadores de la zona rural no es solamente lo urbano lo que debe legislarse.
“La ciudadanía desconoce todos los problemas que tenemos; para nosotros, ésta es una oportunidad para poder darnos a conocer”, agregó.
“Una de las cosas que sostenemos es que Colonia Caroya tiene una identidad muy fuerte, que no se da en otros lugares, y esa identidad está directamente relacionada con lo rural, con los productos típicos, con chacinados, vinos, con la industria. No tengo en mi cabeza pensar en Colonia Caroya sin el paisaje rural. Por eso hay que debatir qué colonia Caroya se quiere”.
¿Cuál es el temor que tienen los productores?
Daniela Mansilla: – Es el desconocimiento de la gente que va a vivir en estas zonas y que impida continuar con su trabajo. Se sienten amenazados ellos y su historia, su fuente de alimento. Los productores caroyenses son agricultores familiares que se dedicaron a esto por muchas generaciones y por necesidad. No son empresarios de otro lado que invierten en algo para hacer algo. Sienten una amenaza muy grande por el desconocimiento y porque las cosas no están claras.
Urbanización ordenada.
La Ingeniera Agrónoma también expresó su incertidumbre ante la posibilidad de que esta primera ampliación sea una puerta para continuar cambiando el uso del suelo de más sectores rurales.
“Creemos que esto puede ser un inicio a una urbanización posterior en otros lugares”, sintetizó.
Las propias autoridades consideran que el plan original de las 200 hectáreas no varía en su intención final, por más que en estos días los ediles traten la urbanización de 73 hectáreas.
“Pretendemos que se defina en un plan a largo plazo que no se va a tocar la zona rural, para poder seguir trabajando e invirtiendo; si bien ahora toca pocos sectores rurales, lo urbano condiciona a lo rural”, mencionó.
Pero sobre el final, coincidió con el mensaje de la Asamblea: “Creemos que es necesario crear espacios para urbanizar, pero que sea ordenando y a largo plazo, para que la producción local tenga su proyección”.
Romanutti explicó su negativa a la ampliación de la zona urbana
El reconocido profesional dijo que hay que «densificar» la zona actual y eso abaratará servicios al municipio. Expuso datos contundentes cómo que hay unas 150 manzanas del radio urbano que tienen menos del 25 % de ocupación.
El arquitecto Alejandro Romanutti expuso anoche ante el Concejo Deliberante de Colonia Caroya sus fundamentos de la negativa al proyecto de la ampliación del radio urbano que impulsa el ejecutivo municipal de aquella ciudad.
Con diapositivas y fotografías, Romanutti planteó la necesidad de «densificar» el radio urbano actual en lugar de seguir ampliandolo. «Tenemos kilómetros y kilómetros de una zona anodina, no densa y absolutamente fragmentada. La ciudad que está proponiendo el ejecutivo tiende a ser más de esa Colonia» explicó el profesional.
Entre las imágenes, se desprenden algunos datos duros pero que son números concretos e indiscutibles. Así sobre el radio urbano actual de la ciudad , es decir de 354 manzanas, hay 159 que están en la zona urbana con menos del 25 % de sus lotes ocupados.
Para ser más concretos, según Romanutti, en 99 héctareas hay un 25 % de construido y en 60 héctareas no hay ocupación alguna.
EL MENSAJE
“(Los productores) sienten una amenaza muy grande por el desconocimiento y porque las cosas no están claras”.