Un relevamiento sin precedentes del Grupo Río Seco (GRS) sienta las bases para la diversificación productiva en la región, revelando rendimientos satisfactorios y un futuro prometedor para el cultivo de girasol, tanto en secano como bajo riego.
El norte de la provincia de Córdoba se asoma a una nueva era de diversificación agrícola gracias a un estudio exhaustivo liderado por el Grupo Río Seco (GRS). Este relevamiento de datos sobre el cultivo de girasol, el primero de tal magnitud en la región, ha generado conclusiones que abren «una interesante perspectiva para la diversificación en la zona». La iniciativa surge, en parte, como respuesta a la afectación que la chicharrita y el Complejo de Achaparramiento provocaron en el maíz en el norte de Córdoba, impulsando a las empresas a buscar alternativas como el girasol para sus estrategias productivas.
El trabajo, coordinado por el ingeniero agrónomo Federico Tocchetto y con la colaboración del experto Martín Díaz Zorita en la ecofisiología del cultivo, abarcó una vasta zona desde Jesús María hasta Eufrasio Loza y cercanías. Se analizaron datos de 2.700 hectáreas de girasol, distribuidas en 36 lotes. De estos, 31 lotes corresponden a cultivos en secano y 5 a sistemas bajo riego, utilizando tecnología de pivot (3 lotes) y riego subterráneo (2 lotes). Compañías como Grain, Norseeds, Brionor y Más Agro, junto con numerosos productores e ingenieros, aportaron datos e híbridos para el estudio.
Resultados que Marcan un Precedente
Los resultados del relevamiento son contundentes y muestran la viabilidad del girasol en la región:
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En condiciones de secano, los rendimientos promedio alcanzaron los 22 quintales por hectárea (qq/ha). Las fechas de siembra exploradas en secano fueron a fines de octubre y principios de noviembre, debido a la falta de humedad en agosto y septiembre. Bajo estas condiciones, se obtuvieron rendimientos de entre 15 y 30 qq/ha, siendo este último el máximo.
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Para los lotes bajo riego, el promedio fue de 30 qq/ha. Este valor es particularmente significativo, ya que establece un «mojón» o punto de referencia inédito, dado que el girasol no se venía cultivando bajo esta tecnología en la zona de influencia del GRS.
Según Tocchetto, «Es factible hacer girasol en el norte de Córdoba con buenos resultados, tanto en secano como en sistemas de producción bajo riego». Los resultados económicos fueron «satisfactorios», a tal punto que dos de las empresas participantes ya confirmaron que repetirán el cultivo en la próxima campaña. Incluso, existe la expectativa de aumentar la superficie de girasol bajo riego en el próximo ciclo.
El Potencial del Riego y la Rotación
El girasol bajo riego se presenta como una alternativa sumamente interesante para la rotación de cultivos. Permite la implantación en agosto, fecha ideal para alcanzar los máximos rendimientos. Además, libera el lote entre diciembre y enero, posibilitando la siembra de otro cultivo estival como soja, maíz o poroto.
En cuanto a la protección del cultivo, el estudio encontró que no hubo «grandes complicaciones». Se realizaron aplicaciones puntuales para el control de chinches y orugas, y no se requirieron fungicidas para enfermedades. Se utilizaron seis híbridos de Syngenta, Nidera y BASF, con un espaciamiento entre hileras de 0,52 cm y densidades de siembra de 40 mil a 60 mil semillas por hectárea. No se observaron diferencias significativas en el rendimiento en función de la densidad de siembra, aunque sí se destacó la importancia de la uniformidad de siembra.
Desafíos y Tareas Pendientes
El relevamiento no solo ofreció respuestas, sino que también planteó nuevos interrogantes y desafíos para futuras investigaciones:
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Fecha de Siembra Óptima: Martín Díaz Zorita recomendó «evitar superar siembras del 15 de diciembre». Explicó que extender la siembra más allá de esa fecha puede afectar la fecundación (reduciendo el número de granos), la fotosíntesis (menor peso de los aquenios y formación de materia grasa), y aumentar la presión de enfermedades, especialmente si la etapa de formación de granos (R5) y llenado coincide con alta frecuencia de lluvias, reducción de la calidad de la radiación o alta humedad ambiente.
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Calidad de Implantación: Se subrayó que el girasol posee una «limitada habilidad compensatoria del rendimiento». Por ello, es crucial la uniformidad espacial (distancia uniforme entre plantas) y la uniformidad temporal (evitar plantas con más de dos estadios de crecimiento de diferencia). Esto se logra cuidando la humedad del suelo al momento de la siembra, la regulación de las sembradoras y la velocidad de siembra.
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Nutrición: Díaz Zorita identificó la nutrición del cultivo como un área a profundizar, especialmente el nitrógeno, al que calificó de «gran enigma». Respecto al fósforo, indicó que no se esperarían respuestas a menos que el suelo presente deficiencias.
•Manejo del Riego: Para el girasol bajo riego, el especialista señaló que un aspecto a mejorar es determinar la cantidad de milímetros a aplicar y el momento óptimo para hacerlo.
Como «tarea pendiente», Díaz Zorita destacó la necesidad de «experimentar y hacer desarrollo del cultivo, generar información local», incluyendo la evaluación del comportamiento de los híbridos en distintas densidades.
En resumen, este trabajo del GRS ha sentado «las bases de inicio para el análisis de este cultivo en la zona», ofreciendo una visión clara del potencial del girasol para la diversificación agrícola en el norte de Córdoba.