Lo que el productor entrega por cada hectárea permanece casi igual al de tres meses atrás. Comparado con septiembre del año pasado, la presión al productor es menor, sin embargo eso no se tradujo en menor recaudación para el Estado. El termómetro marca buen estado de salud y optimismo.
Según el último informe de la Fundación Agropecuaria para el desarrollo de Argentina,el Índice FADA que es la participación del Estado en la renta agrícola, marcó un 65,4% para el mes de septiembre de 2016con una muy leve baja ya que casi permanece igual al trimestre pasado que marcó 65,8% en junio. Pero sí es mucho menor al mismo mes del año pasado que fue 94,1%(septiembre de 2015).
Según David Miazzo, economista de FADA que elabora el índice, el cambio es leve porque si bien el aumento del dólar hizo que bajara el índice, la caída de los precios presionó para que no baje más.
En el mismo mes, pero de 2015, cada $100 el productor entregaba $94,1 al Estado, en septiembre de este año entregó $65,4¿Qué hizo que esto baje más del 28% en relación al año pasado? Favoreció la corrección del tipo de cambio, la eliminación/reducción de los derechos de exportación y la quita de las restricciones a la exportación, continúa Miazzo.
Como veíamos, la presión hacia el productor ha venido bajando y un dato destacable es que eso no se tradujo en menor recaudación para el Estado ya que el mismo ha recaudado más en impuestos. En septiembre del año pasado, el productor pagaba $3077 por hectárea de impuestos nacionales, este año paga $4858,casi $1800 más por cada hectárea. Es decir que el Estado pudo recaudar casi 58% más que en 2015.
La pregunta frecuente es ¿cuál sería la cifra adecuada? Una participación del Estado óptima debería rondar en el 40 o 45% . Esos números se darían en una situación con aplicación de tributos similares a los del resto de la economía y un mercado de oferta y demanda equilibrado.
Grano a grano
La participación del Estado en la renta del maíz y girasol vienen en parámetros más adecuados, en cambio el termómetro marca rojo para el trigo ya que el precio internacional está bajo y el precio interno está aún más bajo que el internacional, vale el 80% de lo que debería valer. La participación en la renta en el caso de la soja es alta porque aún conserva los derechos de exportación.
De cara a la siembra de la campaña gruesa 2016/17, el maíz continúa mostrando buenos números, a pesar de que se van diluyendo a mayor distancia de los puertos. Buena oportunidad para recomponer la rotación. Por su lado, la soja también sigue mostrando una rentabilidad buena y estable.
El termómetro del campo
“El termómetro del campo marca un buen estado de salud y optimismo”, declara Miazzo, los números de la agricultura vienen marcando una rentabilidad positiva, lo cual genera optimismo en el campo argentino.
Los buenos números y el optimismo se ven traducidos, por ejemplo, en el aumento de ventas de maquinaria agrícola relevado por INDEC, y el de fertilizantes, informado por Fertilizar y por el Ministerio de Agroindustria.
Las principales señales de alerta son los precios y los costos. Los precios internacionalesque continúan débiles y sin claras señales de alza. En el último trimestre se diluyó la suba que habían tenido las commodities agrícolas. Con respecto a junio, la soja bajó un 11,1% y el maíz un 13,9%. Los principales factores de la baja son los stocks en los principales países de referencia y la supercosecha de Estados Unidos, sumado a la política monetaria de Estados Unidos.
Los costos muestran un incremento interanual del 45,1%.En relación a marzo, la suba se encuentra principalmente en las labores y el transporte. Con respecto a junio la suba fue del 1,2%, ya que por la estacionalidad en la demanda de transporte no se capta el 100% del último reajuste de tarifas.
¿Qué es el Índice FADA?
Que el Estado participe del 65,4% de la renta agrícola significa que la sumatoria de los tributos (provinciales y nacionales, incluidos los derechos de exportación a la soja) representan $65,40 de cada $100 que genera de renta una hectárea promedio en Argentina.
La renta es lo que vale la producción menos los costos, en otras palabras, el resultado que se obtiene al restarle los costos de producción, comercialización y transporte al valor de la producción a precios internacionales.
La producción y costos de la hectárea se calculan utilizando los rindes, costos y distancias al puerto promedio a nivel nacional para los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol y ponderando los por la participación de estos cultivos en el área sembrada nacional. Así, se obtiene la renta, la que se distribuye en el resultado de la producción después de impuestos, la renta de la tierra y la participación del Estado.
Si en lugar de analizar la participación del Estado en la renta agrícola, se mide la mide con respecto al valor bruto de la producción, el resultado muestra que los impuestos representan el 35,8% del valor bruto de la producción de una hectárea promedio a precios FOB.
Fuente: FADA