La gran adopción que tiene la siembra directa y la utilización de cultivares de soja resistentes a glifosato, generó que el sistema productivo sea cada vez más dependiente de la utilización de herbicidas de amplio espectro como el glifosato. Así, en los últimos 10 años se ha verificado un incremento significativo en las dosis y frecuencias de aplicaciones de herbicidas en los sistemas agrícolas y mixtos.
La principal causa de esto puede correlacionarse con la aparición de tolerancia y resistencia de ciertas malezas al glifosato (Rainero, 2008).El incremento en los costos de los herbicidas, sumado a las cuestiones ambientales, impulsa la necesidad de encontrar alternativas que reduzcan el uso de los mismos. Para aumentar la sostenibilidad de las estrategias de manejo de malezas, el proceso de toma de decisiones debe incorporar una evaluación del impacto ambiental (Stewart et al., 2011). El coeficiente de impacto ambiental EIQ (sigla en inglés) puede ser usado para comparar diferentes plaguicidas o bien diferentes programas de manejo de las malezas de forma de obtener que programa o herbicida presenta un menor impacto ambiental. Los CC representan una práctica con potencial para, entre otros objetivos, reducir el uso de herbicidas y disminuir a su vez el impacto sobre el medio ambiente. El objetivo del estudio fue determinar el efecto de la utilización de CC y dos programas de control de malezas en la productividad y el impacto ambiental en una rotación soja/maíz.
Fuente: INTA Marcos Juárez.