Cuando está iniciando el invierno, y con cultivo en estado vegetativo, se comienzan a visualizar los primeros síntomas de RABIA (Ascochyta spp.). Los síntomas comienzan a observarse en forma aislada, sobre algunas plantas y produciendo lesiones en tallo, con fructificaciones típicas del patógeno. Estas lesiones pueden confundirse con daños por las heladas ocurridas, sin embargo la presencia de Ascochyta se evidencia en los análisis microscópicos. Los daños por heladas predisponen al cultivo frente a Ascochyta.
En ocasiones también podrán observarse sobre las hojas. Posteriormente y a medida que aumente la infección se podrá visualizar en forma de rodales.
Si la enfermedad se generaliza puede producirse efecto de “tizón” presentando la característica coloración grisácea de hojas y tallos (Foto 3) que afecta rápidamente a todas las plantas del lote.
Hay que recordar que este patógeno requiere, para hacer infección, temperaturas bajas en un rango entre 15 y 25° C, con humedad relativa alta durante 6/12 hs, o 5/6 hs de mojado foliar. En esta campaña las heladas ocurridas (semana del 20/6) en el cultivo poco crecido, hizo que las condiciones para que se produzca la infección temprana sean menos exigentes que las citadas precedentemente. Vale aclarar que el patógeno queda en el rastrojo infectado y en la semilla, en forma de micelio y cuerpos de fructificación asexual en las hojas y tallos secos, donde se producirá la fase sexual (pseudotecios) durante los meses fríos de invierno. Los altos niveles de humedad son esenciales para la actividad saprofítica y el desarrollo de los pseudotecios, los cuales se desarrollan y maduran con temperaturas óptimas de entre 5 y 10°C. La maduración de estos cuerpos posibilitará la liberación del nuevo inóculo primario (ascosporas) en el ciclo de cultivo siguiente.