El Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires calculó que la cosecha de trigo de la campaña agrícola 2016/17 permitirá inyectar en la economía 1000 millones de dólares más que los generados en la campaña pasada.
Según informó a LA NACION el titular de la cartera agroindustrial bonaerense, Leonardo Sarquís hasta el momento se vendieron 2,6 millones de toneladas del cereal, lo que permitió ingresos por US$ 400 millones. «Eso está en todo el circuito productivo porque ya no se pagan derechos de exportación ni hay trabas para exportar», explicó Sarquís.
Las retenciones al trigo fueron llevadas a cero en diciembre de 2015 por el gobierno nacional que también decidió eliminar el sistema de cupos para exportación, que se administraba mediante los ROE, fijados por el gobierno anterior.
Sarquís calculó que se llegará al monto de los US$ 1000 millones cuando la mayor parte de la cosecha fina sea vendida, en mayo próximo.
«Parte de eso les servirá a los productores para recomponer el capital de trabajo», dijo el ministro bonaerense.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires la cosecha de trigo de este año se incrementó 39% respecto del ciclo 2015/16 y llegó a 15 millones de toneladas. Para el Ministerio de Agroindustria la producción fue mayor y alcanzó los 16,5 millones de toneladas, con un crecimiento de 46 por ciento.
Más allá de las diferencias, el aumento de la cosecha no fue mayor debido a la escasez hídrica y las heladas tardías que afectaron a varias regiones del sudeste bonaerense.
Esas mermas productivas fueron compensadas por los buenos rendimientos obtenidos en la franja central del país donde el trigo estaba en retroceso por trabas para exportar.
Otro factor que ayudó a los buenos números de la cosecha de trigo fue el incremento en el uso de fertilizantes, estimado en 45% respecto de la campaña pasada, según Sarquís. Varios especialistas coinciden en que la relación entre el precio del trigo y el costo de los fertilizantes fue clave para que se alcanzara una productividad mayor a la de las anteriores campañas.
«Brasil fue clave para que la campaña fuera exitosa», añadió el ministro. El socio regional es el principal comprador de trigo de la Argentina y uno de los mayores importadores mundiales del cereal. Por las restricciones que el anterior gobierno le impuso al trigo, los importadores brasileños tuvieron que recurrir a otros destinos, como Estados Unidos , para hacerse del cereal. «La molinería brasileña estuvo muy activa en este ciclo», destacó Sarquís.
En la provincia de Buenos Aires se cosecha entre el 43 y el 46 por ciento del trigo argentino. Otra provincia que se destacó en esta última campaña fue Córdoba. Según cálculos recientes del INTA Marcos Juárez, la provincia mediterránea tuvo una cosecha de cuatro millones de toneladas, la más alta de los últimos 50 años.
Allí el clima fue óptimo para la cosecha y se alcanzaron rendimientos récord. Guillermo Alonso, del departamento de Semillas del Grupo Los Grobo, informó que en un lote de un establecimiento del sur de Córdoba se habían logrado 78 quintales por hectárea (el promedio nacional de la última campaña fue 33 qq/ha).
Fuente: la Nación.