El gobernador de la provincia de Buenos Aires y el jefe de gobierno porteño competirán por la presidencia de la Nación el próximo 22 de noviembre. Será la primera vez que se concrete una segunda vuelta desde que se habilitó la misma en la reforma de la Constitución Nacional en 1994.
En 2003, Néstor Kirchner y Carlos Menem deberían haber sido la primera dupla de la historia en competir en un ballotage, pero el ex presidente y ex gobernador de La Rioja desistió de participar, dejando al santacruceño debilitado, con apenas el 22% de los votos. Esta vez, fue prácticamente empate: Scioli se imponía a Macri por una diferencia de sólo el 0,7 por ciento de los votos cuando se llevaban escrutadas el 86,25 por ciento de las mesas. Habrá segunda vuelta.
Apenas había pasado media hora desde el cierre de los comicios, cuando en el centro de campaña del frente Cambiemos, el influyente secretario de Gobierno porteño, Marcos Peña, salió a anunciar con bombos y platillos que «hay ballotage». Y unas horas después lo ratificó. Pero ante la ausencia de números, faltaba la confirmación desde la otra vereda.
Pasadas las 22, Scioli salió al escenario en el estadio Luna Park. Aunque evitó referirse a un eventual ballotage y pidió «prudencia para esperar el resultado definitivo de las urnas», sus palabras fueron una confirmación de lo que habían anticipado las encuestas y los boca de urna.
En efecto, el candidato del Frente para la Victoria convocó a que lo acompañen quienes «antes eligieron otra propuesta» y mencionó con su nombre a su rival. «Si fuera por Macri no tendríamos Asignación Universal por Hijo, YPF ni Aerolíneas Argentinas», acusó, en lo que pareció más un discurso de campaña que la alocución de un triunfador.
El frente Cambiemos sumó casi 6 puntos desde las primarias de agosto, mientras que el Frente para la Victoria sufría una merma de casi un 3 por ciento. Por eso en Costa Salguero, donde se concentró Cambiemos, todo era color de rosas. La primera figura de peso en tomar el micrófono fue la gran ganadora de la noche, María Eugenia Vidal, quien con el 92,23% de las mesas escrutadas, derrotaba al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en la carrera por la gobernación bonaerense, por 39,81% a 34,81 por ciento.
«Esta noche estamos haciendo historia, hicimos posible lo imposible, cambiamos resignación por esperanza. Sólo quiero decirles ‘gracias’; un gracias enorme, gigante por tanta confianza», gritó desde el escenario.
La siguió la candidata a vicepresidente, Gabriela Michetti, y entre las dos le dieron paso a un eufórico Macri, que otra vez bailó entre globos de colores. «Les agradezco a aquellos que votaron a otros candidatos. Les hablo a los votantes de Sergio Massa, de Margarita Stolbizer, de Nicolás del Caño, de Adolfo Rodríguez Saá y hasta de Scioli, con la esperanza de que se sumen», convocó.
El que no pudo colarse en la segunda vuelta fue Sergio Massa (UNA). El repunte que auguraban las encuestas a raíz de su batería de propuestas no se reflejó en los resultados y sólo superó el 21% de los votos. «Quiero felicitar a Daniel y a Mauricio por la elección que hicieron. En tres semanas seguramente los argentinos tengamos que elegir un camino», señaló. Y adelantó que en las próximas horas habrá una reunión con los dirigentes que integran UNA para «armar un documento único que les muestre a los argentinos que hay otra forma de hacer política».
Los otros tres candidatos terminaron lejos. Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), lograba un cuarto puesto histórico para esa fuerza, con el 3,37% y superaba así a Margarita Stolbizer, de Progresistas, quien sumaba el 2,63 por ciento.