Una serie de medidas de control comercial garantizará un trato equitativo para todos los operadores, brindando transparencia y competitividad al mercado de las carnes. Vender la media res en tres partes, el próximo paso para modernizar la actividad, según Marcelo Rossi, Subsecretario del área.
“El programa antievasión que se pondrá en marcha a la brevedad minimizará las prácticas desleales en el comercio, redundando en mayor recaudación, formación de precios más transparente y mejor sanidad. El objetivo es terminar drásticamente con la informalidad y modernizar la actividad”, dijo a Valor Carne el médico veterinario Marcelo Rossi, al frente de la Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (SUCCA). Y detalló que “el pilar del cambio será el nuevo sistema de matrículas para procesadores, el pago a cuenta de impuestos antes de la faena y la instalación de cajas negras en los frigoríficos. Un poco más adelante, se buscará dejar atrás la venta de medias reses, pasando a hacerlo en tres partes”.
La SUCCA se creó en el marco del Ministerio de Agroindustria tras prolongadas gestiones que permitieron recuperar las funciones de fiscalización de la ex Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA). “Es una decisión muy acertada, porque en la práctica ya se había demostrado la utilidad de un organismo de este tipo para dar competitividad al sector. Más aún, en lo personal, es gratificante. No es frecuente que si te vas, después de ocho años, te vengan a buscar nuevamente”, subrayó Rossi, quien en su momento fuera Director de la ONCCA, de la que salió por discrepancias con el entonces Secretario de Comercio Guillermo Moreno.
A pesar del retraso en la oficialización de la SUCCA, en los últimos meses, se avanzó mucho en sus temáticas. “Le hemos expuesto nuestro programa de trabajo a la Mesa de las Carnes, formada por 24 organizaciones privadas, y encontramos enormes coincidencias con sus objetivos. Un consenso que, políticamente, tiene enorme importancia”, afirmó.
Rossi señaló que una diferencia con la ex ONCCA, es que ésta era autárquica y tenía servicios administrativos descentralizados, lo que facilitaba una dinámica más ágil. “Ahora, somos parte de un Ministerio, que tiene su servicio legal. Esto significa que, personalmente, no firmaré nada sin dictamen jurídico previo, lo que trae algunas demoras. De cualquier modo, si hubiera mercadería perecedera decomisada, Legales trabajará con plazos más acotados”, indicó.
Nuevas reglas
El primer paso de la SUCCA fue la reciente publicación de una resolución conjunta con la AFIP que obliga a los procesadores al pago a cuenta de impuestos, previo a la autorización de una tropa para faena. “Creo que es la norma más importante de los últimos 30 a 40 años. Cuando la hacienda llega a la planta con su DT-e, no se autoriza el procesamiento hasta que no se registre el pago de un anticipo correspondiente al IVA y a Ingresos Brutos, en los casos de las provincias que adhieran. Por ejemplo, en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, la alícuota estaba en 1,75% y se homologó en 0,5%, un paso gigantesco. Además se terminó con las asimetrías entre frigoríficos y usuarios de faena, todos tributarán lo mismo”, subrayó.
Una muestra de la eficiencia ganada gracias al trabajo conjunto con la AFIP, es que el procedimiento para autorizar una faena es completamente automático. “Una vez realizado el pago al organismo recaudador, por medio de un VEP, desbloqueamos la tropa. Todo se hace por sistema, no interviene la mano del hombre. La idea era ponerlo en marcha el 1º de enero pero lo postergamos al 1º de marzo para hacer una experiencia piloto con algunas plantas y largar con todo bien aceitado”, afirmó.
Asimismo, prosiguió Rossi, a través del renovado Registro Único de Operadores de la Cadena Agroalimentaria (Ruca), se creará un fondo de garantía que hará corresponsable al frigorífico con el usuario de faena. “Como lo que se pagó inicialmente es un anticipo, habrá que dejar una caución por animal; y en caso de que no se complete la totalidad de la imposición, se ejecutará sobre ese fondo. Además, cuando sea un usuario quien no cumple, se le aplicará la deuda al frigorífico. Si éste pierde plata, sabrá que tiene elegir mejor a los actores con quienes hacer negocios”, indicó.
En cuanto al Ruca, el cambio más importante es que se simplificarán los trámites para los operadores. “Habrá menos papeleo y una vez que se obtenga la matrícula será permanente, contra el pago de un arancel anual, salvo que se cometa alguna infracción. Eso sí, habrá una fiscalización inteligente a través de requerimientos en cualquier momento del año”, advirtió. Además, recalcó que “no deberán registrarse los productores de hacienda ya que la Subsecretaría sólo tiene injerencia sobre los operadores comerciales”.
Otra novedad para el ganadero que esté adherido al nuevo Registro fiscal de la AFIP, es que al momento de la venta, el frigorífico, consignatario o usuario de faena deberán depositarle el 10,5% del IVA. “Lo que buscamos es blanquear las transacciones. Por ahí, algunos despachan por 10 y dicen ‘facturame 5’. Pero si reciben el total del IVA pierden el interés por achicar montos. Para el productor de granos el sistema ya existe, pero la AFIP le da sólo el 2,5 % y le retiene el 8%. La ganadería se verá beneficiada”, destacó Rossi.
Para el Subsecretario, “la única manera de escapar al sistema es faenar totalmente en negro”. Para evitarlo, el paquete antievasión incluye la instalación de cajas negras en los frigoríficos. “Se registrará la cantidad de cabezas faenadas y su peso, y los datos serán inviolables. Publicaremos una resolución por la cual los fabricantes de equipos deberán inscribirse y daremos un plazo para que los frigoríficos lo implementen”, puntualizó.
Modernización
Una vez que todas estas medidas estén en marcha, se lanzará un sistema voluntario para que la media res se comercialice en tres partes: delantero, trasero y parrillero. El cambio se iniciará en centros urbanos de más de 100 mil habitantes, para lo cual las plantas exportadoras y buena parte de la consumeras ya están preparadas.
“Invitaremos a los industriales a ingresar al siglo XXI mediante algún tipo de estímulo como, por ejemplo, no cobrar el arancel de la matrícula. También, trataremos de darle líneas de créditos específicas para frío”, anticipó. Y pormenorizó que “las reformas necesarias son sencillas, básicamente que la planta y los camiones tengan doble ganchera”.
Al respecto, Rossi recordó que años atrás hubo una normativa llamada ‘corte por lo sano’ que trató de imponer el comercio de cortes individuales. “La iniciativa fracasó porque requería una inversión millonaria y ni la industria ni el consumidor estaban preparados. Por eso, ahora, se buscará, educar, ir por el convencimiento y de aquí a dos años hacerlo obligatorio”, alertó.
Más allá de mejora en materia sanitaria, la propuesta de la SUCCA ayudará a defender el precio al consumidor. “El lomo, por ejemplo, se vende bien en San Isidro, mientras que en el Gran Buenos Aires se lleva más carne picada y paleta. Entonces, si se termina con la media res colgada al hombro y sale de la industria en tres partes, se sumará eficiencia comercial y esto se reflejará en los valores al mostrador”, finalizó Rossi.
Por Liliana Rosenstein
Editora de Valor Carne