La medida, oficializada a través de un decreto del Ejecutivo del 2 de enero de este año y anunciada por el presidente Mauricio Macri en 2016, continuará hasta el 31 de diciembre de 2019.
Los derechos de exportación o «retenciones» a la soja comenzarán a disminuir de manera progresiva 0,5% por mes desde enero de 2018, hasta que la alícuota se ubique en 18% del valor de exportación de la oleaginosa.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicado a fines de septiembre, la medida costaría al fisco nacional durante 2018, año en que la retención pasaría del 30% actual al 24%, un poco más de US$ 1.000 millones, lo que según la entidad representaría «el 1% de los ingresos previstos para ese año».
«Esto refuta la idea de que va a existir un alto costo fiscal para el gobierno nacional, especialmente cuando se considera que no se está sumando la suba de impuestos que surgirán cuando los productores -con ingresos más altos- procedan a gastar más en bienes de consumo o nuevas inversiones; es muy probable que esa cifra se compense con mayor recaudación de otros tributos», consideraron en ese momento desde la BCR.
Ésta será la segunda etapa en lo que se refiere a la quita de retenciones a la oleaginosa, ya que -ni bien asumido el mandato de Macri- las mismas se redujeron en cinco puntos porcentuales, al pasar de 35% a 30%, mientras que la de los demás granos se eliminaron.