China es el segundo origen de las importaciones de América latina y el tercer destino de sus exportaciones. Y el 75% de esos productos exportados son primarios; desde granos hasta petróleo.
La depreciación de la moneda china, la mayor desde 1994, ya provocó movimientos a la baja en los precios de las materias primas, principal fuente de las exportaciones latinoamericanas, y sumó otro problema a Brasil, la mayor economía de la región, actualmente en caída libre y a un paso de perder el preciado grado de inversión.
China es el segundo origen de las importaciones de América latina y el tercer destino de sus exportaciones, según la Cepal. Y el 75% de esos productos exportados son primarios; desde granos hasta petróleo.
Pekín también desarrolla o proyecta inversiones en la región que van desde un canal interoceánico en Nicaragua hasta puertos en Cuba y refinerías en Venezuela. Además, oficia de prestamista de países como la Argentina, Ecuador o Venezuela, que tienen dificultades de acceso al crédito.
En enero, China prometió invertir 250.000 millones de dólares en diez años en la región. «Nadie sabe hasta dónde va este proceso y eso, en el corto plazo, es confuso», dijo João de Castro Neves, director de Eurasia Group para América latina, con sede en Washington.
«El efecto inmediato es negativo para las economías más expuestas a China», como Brasil o Chile, observó, por su lado, Daniel Cunha, de XP Investimentos.
«Hay un aumento de las primas de riesgo, una desvalorización de las monedas y una baja de las materias primas que genera en esas economías una sensación de mayor vulnerabilidad como es el caso de Brasil y, en segundo lugar, de Chile por la exportación de cobre», dijo Cunha.
La devaluación de la moneda china estimula sus exportaciones y encarece las importaciones. Sin embargo, los economistas advierten que varias monedas de la región venían depreciándose, lo cual opera como compensación.
En el caso de Brasil, la depreciación en 2015 ya suma 23%. «Si se compara el flujo cambiario de Brasil y China, la devaluación es una amenaza que está parcialmente neutralizada por la del real», apuntó De Castro Neves.
La Argentina está con un ojo en lo comercial y otro en las reservas del Banco Central. Los chinos pagarán más cara la soja argentina, pero, según varios analistas, eso se mitiga por la caída del precio de las materias primas, que en el caso de la soja fue de 3 por ciento.
Por su parte, Venezuela, un país petrolero con una economía descalabrada, puede sufrir más por la caída de los precios del crudo que por la devaluación del yuan, según Luis Oliveros, profesor de la Universidad Central de Venezuela. Venezuela adeuda a China unos 22.000 millones de dólares, una cifra que «para China no es realmente grande», afirmó Oliveros.