El reclamo vecinal para frenar la urbanización
Más de cincuenta vecinos caroyenses acercaron un petitorio al Concejo Deliberante para frenar el proyecto de ampliación de la zona urbana impulsado por el Ejecutivo.
Luego de juntar cerca de 300 firmas, los ciudadanos ingresaron al recinto con la nota, en la que reclaman la creación de ámbitos donde los habitantes de Colonia Caroya puedan “participar, opinar y aportar” sobre el tipo de ciudad a desarrollar. Miércoles por la noche, poco antes de las 20.30, comenzaron a llegar los primeros adherentes a esta iniciativa vecinal. Luego de algunas audiencias autogestionadas, en las que diversos técnicos analizaron el posible impacto de la incorporación de 200 hectáreas a la zona urbana, fueron esta vez los vecinos y vecinas de a pie los protagonistas. Con una bandera que expresaba el rechazo a la futura ordenanza que busca sumar cinco nuevas áreas urbanas, los participantes de la movilización se hicieron visibles y pusieron color a la jornada. Frente al edificio municipal intercambiaban opiniones, juntaban las últimas firmas y decidían la mejor forma de entregar el petitorio a los ediles. “Me enteré del proyecto hace unos días, hablando en la calle, y me preocupó la necesidad de hacerlo tan urgente. Me parece que si hay tanta urgencia hay algo raro”, compartió Diego Grión, vecino de Tronco Pozo. El hombre, de 37 años, aclaró que “no hay que oponerse porque sí”, pero reclamó canales de “participación y que se expliquen de forma clara los motivos”. Cecilia (53) conversaba con otras mujeres de espaldas al Municipio. Esta vecina del Lote 15 también se vio sorprendida por la celeridad que tuvo la iniciativa oficial: “Fue muy abrupto, sin que la gente que habita la ciudad haya opinado” “Esperamos que se haga una audiencia”, se esperanzó. A tono con otros asistentes, Cecilia expresó la duda sobre la prestación de “servicios en nuevos lugares cuando falta tanto en lo que ya existe”. “¿El barrido, las cloacas, los espacios verdes? Mejoremos lo que está en vez de agrandar”, reflexionaba, rodeada por hombres y mujeres de su generación.
Arquitectos tampoco avalan actual proyecto de ampliación
La Regional 1 del Colegio de Arquitectos de Córdoba señaló que no está interrumpido el diálogo con el municipio de Caroya, pero que supeditan la participación a una verdadera comisión de planificación urbana como viene funcionando en la vecina Jesús María. El arquitecto Ángel Novello aseguró a este semanario que el diálogo entre el Colegio de Arquitectos local y las autoridades caroyenses nunca se cortó. De hecho, fueron ellos quienes primero fueron a ofrecer su pericia al comienzo de la gestión para trabajar sobre cuestiones de planificación urbana. “Cuando asumió el intendente le propusimos armar una comisión y, recientemente, le reiteramos la propuesta. Hacer algo similar a lo que ya estamos haciendo en Jesús María. Nos dicen que no quieren copiar, pero el tiempo fue pasando y las resoluciones no llegaron”, explicó el referente de la Regional 1 del Colegio de Arquitectos. Novello se mostró preocupado por los dichos del jefe comunal caroyense en el sentido de que la decisión política de avanzar con el proyecto está tomada. “Nuestra intención es colaborar en la instrumentación del proyecto, de participar en el armado del proyecto porque es de largo alcance. Nos parece muy bien que hayan resuelto de avanzar en la planificación de la ciudad, pero también hay que ver de qué manera se realiza”, añadió Novello. Novello aseguró que habría que tener presente que Caroya tiene reducidas vías de acceso, no tiene una clara zona industrial, tiene problemas de desagües, no tienen programados servicio de cloacas, entre muchos problemas más. También planteó dudas sobre los recursos y la dimensión que debiera tener el famoso bulevar circunvalación que está planteado en el proyecto del oficialismo. Por el momento, supeditaron su participación en el proyecto a la formación de la comisión de planificación urbana interdisciplinaria.
Miércoles por la noche, poco antes de las 20.30, comenzaron a llegar los primeros adherentes a esta iniciativa vecinal. Luego de algunas audiencias autogestionadas, en las que diversos técnicos analizaron el posible impacto de la incorporación de 200 hectáreas a la zona urbana, fueron esta vez los vecinos y vecinas de a pie los protagonistas. Con una bandera que expresaba el rechazo a la futura ordenanza que busca sumar cinco nuevas áreas urbanas, los participantes de la movilización se hicieron visibles y pusieron color a la jornada. Frente al edificio municipal intercambiaban opiniones, juntaban las últimas firmas y decidían la mejor forma de entregar el petitorio a los ediles.
“Me enteré del proyecto hace unos días, hablando en la calle, y me preocupó la necesidad de hacerlo tan urgente. Me parece que si hay tanta urgencia hay algo raro”, compartió Diego Grión, vecino de Tronco Pozo. El hombre, de 37 años, aclaró que “no hay que oponerse porque sí”, pero reclamó canales de “participación y que se expliquen de forma clara los motivos”. Cecilia (53) conversaba con otras mujeres de espaldas al Municipio. Esta vecina del Lote 15 también se vio sorprendida por la celeridad que tuvo la iniciativa oficial: “Fue muy abrupto, sin que la gente que habita la ciudad haya opinado” “Esperamos que se haga una audiencia”, se esperanzó.
A tono con otros asistentes, Cecilia expresó la duda sobre la prestación de “servicios en nuevos lugares cuando falta tanto en lo que ya existe”. “¿El barrido, las cloacas, los espacios verdes? Mejoremos lo que está en vez de agrandar”, reflexionaba, rodeada por hombres y mujeres de su generación.
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Miércoles por la noche, poco antes de las 20.30, comenzaron a llegar los primeros adherentes a esta iniciativa vecinal. Luego de algunas audiencias autogestionadas, en las que diversos técnicos analizaron el posible impacto de la incorporación de 200 hectáreas a la zona urbana, fueron esta vez los vecinos y vecinas de a pie los protagonistas. Con una bandera que expresaba el rechazo a la futura ordenanza que busca sumar cinco nuevas áreas urbanas, los participantes de la movilización se hicieron visibles y pusieron color a la jornada. Frente al edificio municipal intercambiaban opiniones, juntaban las últimas firmas y decidían la mejor forma de entregar el petitorio a los ediles.
“Me enteré del proyecto hace unos días, hablando en la calle, y me preocupó la necesidad de hacerlo tan urgente. Me parece que si hay tanta urgencia hay algo raro”, compartió Diego Grión, vecino de Tronco Pozo. El hombre, de 37 años, aclaró que “no hay que oponerse porque sí”, pero reclamó canales de “participación y que se expliquen de forma clara los motivos”. Cecilia (53) conversaba con otras mujeres de espaldas al Municipio. Esta vecina del Lote 15 también se vio sorprendida por la celeridad que tuvo la iniciativa oficial: “Fue muy abrupto, sin que la gente que habita la ciudad haya opinado” “Esperamos que se haga una audiencia”, se esperanzó.
A tono con otros asistentes, Cecilia expresó la duda sobre la prestación de “servicios en nuevos lugares cuando falta tanto en lo que ya existe”. “¿El barrido, las cloacas, los espacios verdes? Mejoremos lo que está en vez de agrandar”, reflexionaba, rodeada por hombres y mujeres de su generación.
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