Tras conocerse una suba del 38%, Guillermo Olivera, director de la CAM, reconoce las dificultades de competir en un contexto desfavorable; Argentina está en el Top 3 de los exportadores mundiales.
El maní vive una primavera en esta campaña, luego de darse a conocer un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba donde se destacaba una cosecha estimada de 1,3 millón de toneladas, lo que significa un aumento del 39% respecto del ciclo anterior.
La causa de semejante crecimiento no radica en un aumento de la superficie de siembra -388.600 ha, apenas un 2% más que en la 2013/2014-, sino en las condiciones climáticas que favorecieron al cultivo.
Según la entidad, esperan obtener un rinde promedio de 37 quintales por hectárea. Sin embargo, para Guillermo Olivera, director ejecutivo de la Cámara Argentina del Maní, seguramente sea un poco menor: «Calculamos que llegaremos a los 34 qq/ha. Pero si es verdad que es un buen rendimiento, dado casi exclusivamente por las condiciones, más allá que estamos en un programa de buenas prácticas del maní y hemos incrementado el compromiso de los productores, además de elegir mejor los lotes y venir de cultivar de cobertura. Todo esto ayuda a lograr un buen rendimiento».
Mercado desfavorable
Sin duda, el desafío será hacer valer la gran cosecha obtenida. «Esta es la segunda parte del cuento, y no tan buena. Estados Unidos generó incentivos a los productores e incrementó mucho su superficie de siembra el año pasado, con lo cual ha tenido una buena cosecha en cuanto a volumen total. Eso hace que los precios internacionales bajen. Tanto, que hoy te diría que estaría en un 30% menos. Para darte una idea, hay mercadería que estábamos vendiendo en 1.300 dólares y ahora se está vendiendo en 1.000», admite Olivera.
En Argentina, el 94% de la producción total se destina a la exportación. En este rubro, el país es el principal exportador a nivel mundial, con el 25% del mercado. «Más del 50% se vende a Europa. El otro 50% lo despachamos a 106 países del mundo: Asia, África, Estados Unidos, Latinoamérica, etc. Destinos por donde se te ocurra», cuenta Olivera.
La CAM está conformada por 25 empresas, que siembran el 80% de la superficie y tienen el 100% de la exportación. El 20% restante lo hacen más o menos unos 1.000 productores. Desde el organismo buscan que se lo considere como economía regional, dado que Córdoba concentra más del 90% de la producción y el resto se lo reparten entre San Luis y La Pampa. De esta forma, obtendría ciertos beneficios en cuanto a las retenciones, que son del 10% en maní con piel y 5% blancheado.
«El maní está considerado dentro de la ley de granos, pero en realidad es una producción que tiene un carácter regional. Primero porque su producción, tanto la primaria como su industrialización, está centralizada en Córdoba. Segundo, es un producto que en su mayoría se exporta (NdeR: Se calcula que el maní representa del 10 al 12% de las exportaciones de Córdoba). La otra porque no es un producto que puedas sacar de un campo a un barco. Sí o sí tenés que industrializarlo, y eso implica un valor agregado importante. Para darte una idea, exportamos entre unos 700 y 1.000 millones al año, de los cuales se sacan casi 100 millones de dólares en impuestos», dice Olivera.
Cultivo de rotación larga
Una de las curiosidades que tiene el cultivo del maní es que tiene una rotación más larga de la usual. «Nosotros no volvemos a los lotes si no es por lo menos por 4 años. Con lo cual tenemos una agricultura itinerante importante. Nuestro compromiso está en agarrar los mejores lotes y, a su vez, generar que el resto de las producciones respeten las buenas prácticas para obtener lotes para la siembra», explica Olivera.
Por Agustín Monguillot, Infocampo