El directorio de MAIZALL estuvo en Argentina participando de la XI Conferencia Ministerial de la OMC. En ese marco, el ministro Luis Miguel Etchevehere, junto a otros 16 países, firmaron una declaración conjunta a través de la cual se promueve la producción sostenible y segura de alimentos así como la eliminación de las barreras injustificadas en el comercio internacional de alimentos. En paralelo, la presidente de MAIZALL, Pamela Norby Johnson, ofreció una conferencia en el Trade for Sustainable Development Symposium 2017, sobre la importancia de la tecnología agrícola moderna para la seguridad alimentaria mundial.
MAIZALL, la Alianza Internacional de Maíz, compuesta por cuatro organizaciones nacionales de maíz de tres países: US Grains Council y National Corn Grower Association, de Estados Unidos; Abramilho, de Brasil; y Maizar, de Argentina; viene trabajando desde su fundación hace cuatro años para colaborar en el ámbito mundial para comunicar los asuntos claves relacionados con la seguridad alimentaria, la biotecnología, la protección del ambiente, el comercio y la imagen pública de los productores.
En los países que adoptaron la biotecnología, se impulsó el rendimiento y la calidad de los granos, se redujo la intensidad de aplicación de sustancias químicas y se mejoraron los ingresos de los productores. La biotecnología agrícola es necesaria para satisfacer de manera sostenible a una población mundial en crecimiento, mitigando a su vez los efectos del cambio climático y al mismo tiempo protegiendo los valiosos recursos naturales.
No obstante, el tiempo necesario para llevar nuevas tecnologías de cultivo al mercado aumenta de manera irrazonable a causa de retrasos en los procesos de aprobación, tanto de los países productores como los importadores. Los funcionarios de gobiernos y científicos en todo el mundo reconocen la seguridad de la biotecnología, pero los retrasos técnicos y políticos de la aprobación de nuevos eventos biotecnológicos siguen creando interrupciones al comercio.
En mayo de 2017, MAIZALL, organizó la visita al país de una delegación de funcionarios de alto rango del Gobierno de la República de Uganda, quienes vinieron a conocer nuestro marco regulatorio para la aprobación y uso comercial de organismos genéticamente modificados (OGM) en la agricultura. El objetivo de la misión fue la de comprobar in situ la realidad argentina, para luego elevar un informe al Parlamento de Uganda y colaborar para que ellos puedan decidir sobre la ley de bioseguridad con mayores elementos de juicio. Finalmente Uganda aprobó en octubre la Ley de Bioseguridad.
La declaración conjunta, con fecha del 11 de diciembre de 2017, se distribuyó a petición de las delegaciones de Kenya, Uganda y los Estados Unidos, y fue firmada por autoridades de 17 países. Aplaudimos los esfuerzos de los tres países que conformamos MAIZALL y de otros como Kenia y Uganda por respaldar el trabajo del Comité MSF de la OMC para examinar cuestiones relacionadas con los fitosanitarios, en particular los niveles máximos de residuos que impiden e interrumpen el comercio.
Además, respaldamos el objetivo de reafirmar la importancia central del análisis de riesgos para evaluar, gestionar y comunicar los riesgos potenciales asociados con el uso de fitosanitarios a fin de proteger la salud pública y el medio ambiente, al mismo tiempo que se habilita su uso seguro y se facilita el comercio.
Finalmente, apoyamos las acciones voluntarias presentadas por Kenia, Uganda y los Estados Unidos. Esperamos que esta declaración de apoyo logre el apoyo unánime de todos los miembros de la OMC para proseguir activamente estos esfuerzos a través del Comité MSF y reforzar la labor de las organizaciones internacionales de normalización pertinentes y garantizar la base científica de las medidas sanitarias y fitosanitarias.