Agroindustria propuso a Defensa de la Competencia analizar prácticas que podrían ser «facilitadoras de una cartelización»
El Ministerio de Agroindustria de la Nación le propuso a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) que investigue en la cadena láctea conductas del sector industrial que podrían ser «facilitadoras de una cartelización».
Además, le sugiere que evalúe la eventual existencia de problemas de poder de compra de parte de los supermercados que, sostiene la cartera, «puedan influir en los precios a los cuales compran los productos a las industrias».
El estudio, presentado a la CNDC por la Secretaría de Agricultura, que está en la órbita de Agroindustria, fue realizado durante cuatro meses con diversas fuentes, entre ellas la Subsecretaría de Lechería, el Senasa y el Centro de la Industria Lechera (CIL), entre otras. La CNDC ya tiene una investigación de mercado en marcha.
En cuanto a la industria, el informe pone el foco en dos prácticas: el «clearing lechero» y la denominada «lealtad al proveedor». Con el denominado «clearing lechero», las empresas suelen prestarse leche entre ellas. Así, si una necesita más leche para elaborar, otras se la pasan a condición de que no salga a buscarla al mercado y pague un mayor precio que el resto. Es un mecanismo para evitar que se recalienten los precios.
«En el caso del precio pagado al productor primario, existen ciertos factores que contribuyen a que no aumente, al menos no al mismo ritmo que la suba generalizada de precios en el marco inflacionario nacional. Por un lado, el llamado clearing lechero -intercambio de leche cruda entre empresas industriales que tienen exceso de materia prima y aquellas que requieren un mayor nivel de abastecimiento-. Esta práctica hace que la demanda de leche cruda al sector primario sea menor a la demanda efectiva de leche cruda por parte del sector industrial y, por lo tanto, limita la suba del precio pagado al tambero», sostiene el trabajo de Agroindustria.
Según el trabajo, el porcentaje de leche cruda adquirido de otras empresas industriales en relación al total de leche cruda comprado por la industria (a tambos y otras empresas procesadoras) es de un promedio del 3% para los últimos tres años.
En tanto, la «lealtad al proveedor», otra práctica bajo la lupa, implica que las empresas no compren la leche de productores que abastecen a otras industrias. Sobre este punto, el trabajo indica. «La tradición existente que implica que las empresas industriales no se quiten tambos entre sí -lealtad al proveedor-, con lo cual no compran leche cruda a productores que abastecen a otras empresas, también contribuye a que el precio pagado al productor primario no suba», precisa el informe.
En los últimos dos años, apenas 529 tambos cambiaron de industria a la cual proveen leche cruda. Esto sobre un total de 7800 tambos que están registrados como proveedores de las industrias que informan al sistema de pago por calidad.
Agroindustria propuso que «se estudien con profundidad las conductas de clearing lechero y lealtad al proveedor» porque, señala, «podrían ser conductas facilitadoras de una cartelización». Luego, también «recomienda asimismo estudiar si tales conductas no se generan por razones de eficiencia -es decir que resulten convenientes para las empresas por razones económicas-, y no con un fin de conducta anticompetitiva».
Para el caso de los supermercados, el trabajo aconseja analizar las relaciones entre la industria y los supermercados para «evaluar la existencia de problemas de poder de compra de parte de los supermercados que puedan influir en los precios a los cuales compran los productos a las industrias».
Consultado por LA NACION, Miguel Paulón, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), declinó hacer comentarios hasta estudiar el informe. «Nosotros pasamos por Agroindustria y nos hicieron preguntas, pero no sé qué dice el informe», afirmó el dirigente industrial.
Mientras tanto, Julio Aimar, coordinador de la Mesa Nacional de Productores de Leche, consideró escéptico sobre el estudio: «Es un adelanto, nada más, porque mientras no tengamos tribunal de la competencia nada es vinculante».
Empresarios, a clase
Competencia
Entre otras recomendaciones, el informe que Agroindustria presentó a Defensa de la Competencia propone «capacitar al Centro de la Industria Lechera (CIL), a la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) y otras asociaciones de industriales del sector en temas de defensa de la competencia».
Acciones
Respecto de la capacitación, aconseja «la implementación de programas internos de formación a funcionarios de este tipo de instituciones para que no cometan conductas anticompetitivas». Luego precisa que debería ser para crear «una cultura de defensa de la competencia en la industria».
Conductas
De acuerdo con el informe, las cámaras están «expuestas a un cierto riesgo de transgredir las reglas del derecho de la competencia».
LA NACION / CAMPO