Si bien la reapertura canadiense es una excelente noticia, la Argentina deberá competir con Uruguay por la ‘cuota de otros países’ mientras que los mayores proveedores ingresan con arancel cero por pertenecer al Nafta o por tener cuotas específicas. Un análisis del nuevo mercado, por Miguel Gorelik.
Sobre el final de 2015, la Argentina logró la primera recuperación de un mercado del NAFTA tras 15 años de veda. Ahora, el gobierno canadiense informó que acepta carne vacuna sin hueso, enfriada o congelada, cuya faena haya sido posterior al 17 de diciembre.
Para que se concreten los primeros embarques sólo falta que el SENASA reciba de Canadá la traducción del certificado sanitario, que ya está acordado, y que presente el listado de plantas argentinas aprobadas para trabajar con esa plaza. Ambos requisitos podrían completarse en las próximas horas.
Hasta estos últimos días, cinco empresas se presentaron para ser incluidas en la operatoria, número que seguramente seguirá ampliándose. El acuerdo entre Canadá y la Argentina pone en vigencia el prelisting de plantas, por lo que quedarán habilitadas aquéllas que SENASA apruebe, hasta tanto la autoridad sanitaria canadiense envíe una misión de auditoría, para lo que no hay plazos establecidos.
En definitiva el nuevo destino estaría operativo en los próximos días. Además, se espera que la decisión canadiense sea un catalizador positivo en el proceso de apertura de EE.UU. cuya aprobación efectiva está demorada.
Radiografía del mercado
Canadá importa unas 250 mil toneladas equivalente carcasa (tec) anuales. En los últimos años se redujo la participación de la carne enfriada y aumentó la de congelada. En el primer rubro, el oferente casi exclusivo es EE.UU. mientras que en el segundo, Australia se lleva las palmas.
En total, EE.UU. abastece la mitad de las importaciones canadienses, Australia el 25-30%, Nueva Zelandia el 15% y Uruguay, que bajó su participación en 2015, el 10%.
Estos son los competidores con que se encontrarán los exportadores argentinos, con algunas aclaraciones necesarias.
EE.UU. ingresa sin pagar aranceles por ser parte del NAFTA y Australia y Nueva Zelandia tienen cuotas específicas libres de aranceles. En un futuro, cuando entre en vigencia el Acuerdo Estratégico Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y Australia y Nueva Zelandia queden sin aranceles, sus cuotas específicas desaparecerán.
La Argentina tiene su lugar
Además, existe una cuota de 11.800 toneladas para que los países con los que no tiene firmado acuerdos de libre comercio ingresen con arancel cero. Uruguay es el exportador que usufructúa casi exclusivamente esta cuota, hasta ahora. Cabe aclarar, que en 2014, el país oriental superó la cuota para “otros países” y en 2015 venía a un ritmo como para repetirlo.
La primera competencia de la Argentina, entonces, será con Uruguay por la participación en esta cuota, que quedará chica para ambos, debiendo exportar el excedente por afuera, con arancel de 26,5%, en la medida que el mercado lo permita.
Una ventaja para la Argentina es que Canadá no hace diferencia entre carnes de animales a pasto y a grano, como sí lo hace la UE para la cuota Hilton, lo que facilitará la colocación de productos provenientes del feedlot, que son los que más rápidamente podrán crecer en los primeros tiempos, tras los cambios en las regulaciones del nuevo Gobierno. Si bien esto es válido para el comercio de cortes, la carne tipo manufactura representa una proporción relevante de las compras canadienses.
Desde Valor Carne, pensamos que la decisión de Canadá es muy valiosa para la Argentina, por la proyección a futuro de ese mercado y por su potencial impacto sobre las regulaciones de otros países que todavía vedan la carne argentina debido a la vacunación antiaftosa que rige en el país.
En resumen, más allá de que en 2016 se pueda embarcar mucha o poca carne a ese mercado, es un motivo para celebrar.