El sector agroindustrial y la industria automotriz argentinos serán los más afectados si la crisis política en Brasil deriva en la contracción de su economía.
La crisis política que enfrenta Brasil por el caso que vincula al presidente MichelTemer y a la empresa Odebrecth en hechos de corrupción tuvo su primer impacto en el canal financiero al provocar una depreciación de ambas monedas, indicó el análisis de Economía y Regiones.
El real se depreció 5,7 por ciento entre el 17 de mayo y hoy, ubicándose en valores similares a los de marzo de 2015 y la cotización del peso argentino subió 3 por ciento, hasta 16,09 pesos por dólar, el mayor valor desde mediados de diciembre de 2016.
Según la consultora, el sendero de recuperación de Brasil, ligado a que su economía había dejado de caer, no prometía traccionar la economía argentina en 2017, pero al menos “no jugaba en contra”.
De prolongarse la crisis política en Brasil, una eventual caída de la actividad tendrá implicancia en la industria automotriz argentina pero también sobre otros sectores, como los cereales, materias plásticas, productos de industrias químicas y otros de molinería.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al cierre del 2016, 63 por ciento de las exportaciones de Argentina a Brasil fue en manufacturas de origen industrial, entre las que las del sector automotor representaron 59 por ciento.
Los cereales participaron con 14 por ciento del total exportado, mientras que otros productos de molinería explicaron el 5 por ciento de las ventas hacia Brasil; hortalizas y legumbres sin elaborar, 4 por ciento, y productos lácteos, 3 por ciento.
Según el Indec, los vehículos automotores terrestres generaron el 33 por ciento de las exportaciones a Brasil en 201, que en valores representó 29.951 millones de dólares; el trigo implicó 9 por ciento; las materias plásticas artificiales, 6 por ciento, y las partes y piezas de vehículos y tractores, 4 por ciento.
Brasil es el principal destino de las exportaciones del sector automotor, con una participación de 69 por ciento, seguido de México, con 6 por ciento, y Estados Unidos y Chile, con 4 por ciento, respectivamente.