Unas 60 entidades firmaron un documento donde asumen la responsabilidad en la producción de alimentos.
Más de 60 entidades relacionadas con la cadena de la carne de todo el mundo, firmaron este documento, entre las que figuran la International Meat Secretariat (IMS según sus siglas en inglés), que es la Oficina Permanente Internacional de la Carne (OPIC), de la que integra su Comité Ejecutivo el secretario de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Juan José Grigera Naón. En la carta abierta resaltan cómo la producción de alimentos apoya la nutrición global, los altos estándares de seguridad alimentaria y la salud pública durante la pandemia del Covid-19.
“La crisis del coronavirus puso de relieve el increíble desafío de salud pública que enfrenta nuestro mundo, y en ningún lugar este desafío es más evidente que en la producción de alimentos. Alimentar al mundo durante esta crisis es una prioridad principal en todas las naciones. El mundo necesita las contribuciones del ganado. A nivel mundial, 1.300 millones de personas dependen del ganado para sus empleos, mientras que miles de millones más dependen del ganado para proporcionar alimentos a sus familias. La agricultura animal proporciona leche, carne, pescado y huevos en un momento en que el acceso a alimentos seguros, nutritivos y asequibles es necesario para evitar una posible crisis mundial de hambre, y ofrece un apoyo invaluable para los agricultores que enfrentan graves dificultades económicas severas, en general recurrentes.
El origen preciso del Covid-19 permanece bajo estudio, pero las investigaciones en curso continúan confirmando que la producción de ganado doméstico es segura y no jugó un papel en la propagación del virus.
La evidencia actual apunta a un viaje de animales salvajes a humanos, que se alinea con la investigación que muestra que la mayoría de las enfermedades zoonóticas se originan en la vida silvestre.Sin embargo, se están haciendo afirmaciones infundadas de que el ganado y la agricultura moderna fueron de alguna manera la fuente de la pandemia. Esto amenaza con distraer la respuesta de salud pública mundial en un momento en que la agricultura animal puede ofrecer lecciones para el manejo de zoonosis de la vida silvestre como parte de la preparación para una pandemia a largo plazo.
Por ejemplo, las enfermedades del ganado se monitorean a nivel mundial para ayudar a evitar que se propaguen a través de las fronteras de la manera en que lo hizo el Covid-19, y los avances en las prácticas agrícolas y de las instalaciones, la nutrición animal, el diagnóstico veterinario y la medicina significan que muchas enfermedades zoonóticas, como la salmonella, son bien administradas en la mayoría de las economías. El uso de estos aprendizajes para desarrollar sistemas de alerta temprana para la vida silvestre podría mejorar nuestra capacidad para detectar enfermedades emergentes.
Es importante destacar que la producción ganadera es un sistema regulado y monitoreado con la seguridad alimentaria y la salud pública en su núcleo. Incluso frente a desafíos sin precedentes, las granjas y las instalaciones de alimentos están tomando todas las precauciones posibles para mantener a los empleados lo más seguros posible y cumplir con sus roles centrales en nuestro suministro de alimentos, mientras que los productores continúan confiando en la bioseguridad, higiene, vacunación y otras herramientas para control de enfermedades animales. El conocimiento y la experiencia del sector ganadero pueden ayudar a fortalecer la respuesta mundial de Covid-19 y abordar el creciente riesgo de inseguridad nutricional.
Instamos a las autoridades, los grupos intergubernamentales y a las ONG a que apoyen estos esfuerzos: • Reafirmando la seguridad de la producción ganadera y recordando a los consumidores nuestro sólido sistema de seguridad alimentaria, incluido el importante papel de los veterinarios y la nutrición animal. • Refutar información errónea que intenta establecer un vínculo entre el ganado y la propagación de Covid-19. • Consultar con expertos en ganadería, incluidos los agricultores y otras partes involucradas en la cadena alimentaria para comprender cómo ayudar a sus esfuerzos para alimentar a las comunidades.
Durante esta pandemia, las granjas ganaderas y la cadena de valor trabajan incansablemente para garantizar que tengamos alimentos seguros y accesibles para comer y beber. Es vital que la sociedad apoye estos esfuerzos y aproveche sus conocimientos para construir un mundo más resistente en el futuro”.