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Buenos rendimientos en ensayo de Maíz en el Norte de Córdoba

Los testeos de materiales fueron realizados por el INTA y se sembraron el 5 de enero del 2021 en cercanías de Cañada de Luque, departamento Totoral.

El INTA brindó detalles de su ensayo de cultivo de Maíz, realizado en Cañada de Luque en la anterior campaña. Se sembró el 5 de enero del 2021, sobre un suelo haplustol típico y
antecesor soja. Se realizó con un diseño en franjas, con 2 repeticiones. Cada franja fue
de 220 metros cosechables de largo por 4 a 6 surcos de ancho. Participaron 12 híbridos
de 7 semilleros. La sembradora se calibró para obtener una densidad de 65000 plantas
por hectárea. La fertilización fue de 200 kg de urea voleada previamente a la siembra.
Previamente se realizó el análisis de suelo correspondiente. El agua útil (AU) se midió
hasta los 2 metros de profundidad en 5 momentos diferentes del cultivo, hasta
madurez fisiológica. El manejo de malezas fue el habitual de la zona, con buenos
resultados, y se realizó una aplicación de fungicida Stinger en dosis de 580 cm3
/ha más
aceite y coadyuvante el 5 de marzo, en el estado fenológico de VT. La cosecha se
realizó el 16 de julio en forma mecánica y se utilizó tolva balanza para pesar las
parcelas.

En cuanto a la sanidad, se evaluaron las principales enfermedades durante el ciclo del
cultivo. La primera enfermedad en aparecer, como es común en nuestra zona, es la
roya común del maíz (Puccinia sorghi) debido a su menor requerimiento de horas de
mojado necesarias para su desarrollo. En V7-V8 el 100% de los híbridos del ensayo
tenían presencia de al menos una pústula de roya, pero con muy baja incidencia. Otra
enfermedad que se hizo presente es el Tizón común (Setosphaeria turcica; anamorfo:
Exserohilum turcicum) que demoró su aparición por las condiciones climáticas. En el
estado fenológico R2-R3 el 80% de las plantas tenían presencia de roya, para los
materiales del ensayo, pero con una baja severidad. Para el caso del tizón, los
materiales presentaron una incidencia promedio del 3% y en cuanto a Cercospora
zeae-maydis solo se detectó en un solo híbrido y en las hojas basales. Recordemos
que, de las tres enfermedades, esta última, es la que tiene el mayor requerimiento de
horas de mojado y de temperatura. La baja severidad de las enfermedades se debió no
solo a las condiciones ambientales, sino también a la aplicación de fungicida en R1.
En general se observaron bajos niveles de ataque de gusano cogollero (Spodotera
frugiperda) y gusano de la espiga (Helicoverpa zea), sin destacarse híbrido o evento.
Los rendimientos promedio estuvieron entre los 8117 kg/ha y los 11183 kg/ha, con un
coeficiente de variación (CV) de 4,65. El promedio de todo el ensayo fue de 9954
kg/ha. En general todos los híbridos presentaron punta de espiga sin llenar o con
removilización del contenido de los granos de la punta de la espiga.

Climáticamente la campaña se caracterizó por presentar lluvias tardías que retrasaron
la siembra, y menores a lo normal durante el ciclo del cultivo pero con temperaturas
normales o relativamente frescas y sin episodios extremos, lo que podría explicar que
el cultivo haya mantenido un buen estado general a pesar de la ausencia de
precipitaciones durante fines de febrero y fines de marzo, justo antes del período
crítico promedio de los híbridos.
Las menores lluvias y las temperaturas más frescas, frenaron la aparición y el
desarrollo de algunas enfermedades, principalmente la de Cercospora, luego la del
tizón, y la menos afectada fue la roya. Sumado a lo anterior y a las características
genéticas de algunos híbridos, permitió que no fuera necesario el control químico de
las enfermedades en esos casos.
En general los rendimientos fueron muy buenos, con el rendimiento máximo (11183
kg/ha) cercano al potencial de 12000 kg/ha establecido al inicio del ensayo. Según el
análisis estadístico, a pesar de que existen diferencias significativas entre los máximos
y los mínimos rendimientos, entre los seis rendimientos máximos no existe diferencia
significativa.
La falta de llenado o removilización de la punta de la espiga observada pudo deberse a
una alta competencia generada por una densidad de plantas un poco mayor a la
óptima que el ambiente puede tolerar.
La eficiencia de conversión establecida como kg de grano por milímietro de agua útil,
promedio de 23,2 kg/mm, fue excelente, superior al promedio establecido por varios
autores como por ejemplo 18,1 kg mm-1.

 

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