Félix Silva, el productor que le donó 508 hectáreas al INTA

Correntino y ganadero, en agradecimiento al trabajo técnico del INTA decidió dejarles su campo; cómo es su historia y qué piensa sobre el sector agropecuario

Correntino de nacimiento, Félix Silva tiene 79 años y es productor ganadero. Vive en una zona rural, cerca de Lomas de Vallejos, a 100 kilómetros de la capital provincial hacia el este.

Se crió como ganadero, una actividad que ejercía su padre, sin campo propio, y que luego pasó a ser su dedicación de toda la vida. Ya con 51 años de experiencia en la ganadería, el productor correntino decidió donar su campo al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en agradecimiento al trabajo de los técnicos. Un campo que compró con esfuerzo y trabajo.

En su vida actual, Félix es reacio a utilizar tecnología. «Ya estoy viejo para aprender a utilizarla”, contó el productor. Sin embargo, reconoce que es fundamental para la producción agropecuaria.

Sin herederos directos, Silva es mucho más que un productor que donó su campo. En cada palabra que emite deja en claro su pasión por el campo. “Con el agro se come, se cura y se educa”, sostuvo parafraseando a Raúl Alfonsín y mostrando su relación con la Unión Cívica Radical. “Me quedó el legado de Ricardo Alfonsín, soy radical también”, remarcó.

Su actividad en el campo le enseñó que todo va cambiando: «Se necesita tecnología», recordó y graficó que tenía bien claro ese aspecto. Por eso cuando apareció el INTA en su vida no dudó en recurrir a los técnicos. “Carecíamos de la asistencia de profesionales, el INTA me permitió crecer”, sostuvo con la característica tonada correntina al otro lado del teléfono.  

Sus primeras armas en el campo

Félix fue hijo de un ganadero, pero con la salvedad de que no tenían campo propio. Recién a los 28 años, aquel joven correntino logró emprender su camino y aplicar todo lo que aprendió de niño.

A lo largo de los años adquirió campos y logró llegar a 508 hectáreas. “El trabajo en el campo te da alegrías y tristezas”, mencionó. Se hizo un silencio y recordó que ver una vaca muerta le genera una gran angustia. Al mismo tiempo, enfatizó: “Me da mucha alegría ver nacer a un ternero”.

Félix comentó que, para su zona, es muy importante el INTA porque son en su gran mayoría pequeños y medianos productores ganaderos. “Donar el campo me dio una alegría tremenda porque es seguir ayudando a esta localidad”, concluyó.