Según el «Informe de Gira Agrícola» de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en el centro-norte de Córdoba la siembra de maíz se redujo un 20%, pero en contraparte, la del trigo aumentó un 38%.
«La caída de área respecto a la campaña pasada marca más de un -20 % menos de superficie con maíz para la zona del Centro-Norte de Córdoba. Según los colaboradores, esto responde principalmente al precio del cereal, lo cual aumenta considerablemente el rinde de indiferencia y complica la siembra, aún más en campo arrendado. Los valores relevados de disminución en la siembra se ubicaban en un rango amplio, desde un -10 % hasta un -40 % en los peores casos», comentó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe sobre la Gira Agrícola.
Y en relación al trigo, «el área sembrada en el ciclo 2014/15 muestra un incremento más que importante para la región, siendo alrededor de un 38 % mayor que lo sembrado la campaña pasada, muestra de la recuperación que tuvo este cereal en la zona. Los motivos que los colaboradores destacan para explicar este aumento en superficie implantada son varios, aunque principalmente lo atribuyen a las buenas condiciones de humedad, a la necesidad de rotación de muchos lotes y al uso como herramienta frente al manejo de malezas díficiles», destacó la entidad.
En líneas generales, para la zona del Centro-Norte de Córdoba los cultivos representativos son la soja, el maíz y, en menor medida, el sorgo. Si bien el girasol no ocupa una superficie significativa, se pueden encontrar focos zonales del cultivo, con productores que buscan diversificar sus planteos y obtener otra alternativa de rotación. En términos generales, la región aporta poco más del 11% de la superfice de gruesa para la actual campaña 2014/15, y el aporte que representa cada cultivo en su respectiva siembra se ubica también alrededor de un 11% para soja y para sorgo, un 16% para maíz y en el caso del girasol el área no alcanza al 1% del total a implantar en el país.
A su vez, para esta campaña en el norte cordobés se observa una disminución en la superficie de la mayoría de los cultivos relevados, viéndose alguna leve mejora en el área para soja, aunque también hay lotes agrícolas que al momento de la recorrida de campo no habían sido arrendados o se destinaban a la ganadería.
MAÍZ:
La caída en el cultivo de maíz en el norte de Córdoba tiene un peso significativo en el panorama nacional, dada la importancia de esta región para el cultivo. A su vez, uno de los aspectos que mantenía en estos niveles la merma de superficie maicera y no acentuaba aún más la caída, era que un porcentaje importante de las siembras se realizan en campos propios y no bajo arrendamiento, siendo esta variable la que define en muchos casos la decisión de una rotación con maíz.
La siembra de cultivos de gruesa muestra diferencias dentro de la misma región. Hacia el extremo noroeste hay una presencia importante de maíz; hacia el este, sobre la zona de producción mixta o tambera, los planteos también incorporan la rotación para forraje, tanto de maíz como de sorgo; y hacia el sur se observa también una mayor presencia de soja.
La caída de área respecto a la campaña pasada marca más de un -20 % menos de superficie con maíz para la zona del Centro-Norte de Córdoba. Según los colaboradores, esto responde principalmente al precio del cereal, lo cual aumenta considerablemente el rinde de indiferencia y complica la siembra, aún más en campo arrendado. Los valores relevados de disminución en la siembra se ubicaban en un rango amplio, desde un -10 % hasta un -40 % en los peores casos.
Al momento de la recorrida se observaban lotes de siembra temprana, en general en muy buenas condiciones, promovidas por las precipitaciones recibidas durante el período de siembra y crecimiento. Se relevaron cuadros que estaban entre cuatro a siete hojas expandidas (V4-V7), con muy buena humedad sub-superficial.
A su vez, la buena humedad disponible permitió que muchos productores adelantaran la siembra. Este aspecto mostró una tendencia a revertir lo que se venía viendo en los últimos años, respecto de volcarse en gran medida a siembras de fecha tardía.
A nivel regional, hacia el noroeste la mayoría de lotes son de siembras tardías sobre diciembre, mientras que esta relación cambia hacia el sur y hacia el este, pasando de 5-10 % hasta 40-50 % de siembras tempranas y su respectivo porcentaje restante para siembras tardías, sobre fines de noviembre pero principalmente durante diciembre.
Sin embargo, la caída interanual del cereal se va a observar principalmente en fechas tardías. Los maíces tempranos tuvieron situaciones diversas al momento de la siembra, debido a que por un lado, muchos productores decidieron no sembrar su plan original dado que el precio al momento era muy bajo, apuntando a un repunte sobre fechas tardías. Por otro lado, productores de tipo mixto con ganadería o tambo, se mantuvieron en siembras tempranas esperando colocar el grano cosechado en consumos locales o manejar planteos de tipo doble propósito.
A nivel de tecnología se pensaba en mantener los niveles adecuados, tanto de fertilización como del tipo de semilla utilizada, apuntando a buenos materiales de siembra y manejando barbechos adecuados en lotes destinados a maíz. Sin embargo, el manejo mostraba variaciones hacia el noroeste de la región, dado que los niveles de fósforo en suelo permiten una menor aplicación de fertilizante y, a su vez, las densidades de siembra son menores, con su consecuente disminución en el uso y costo de semilla.
Durante la recorrida se destacó una presión elevada de plagas, principalmente de orugas cortadoras y también algo de oruga cogollera. Se estaban realizando aplicaciones de insecticida en forma temprana para lo planeado, y a su vez los colaboradores destacaban que esta importante presencia de plagas es atípica para la zona. Esto último se atribuye a un invierno con temperaturas más elevadas que lo normal, y a un menor impacto del frío para la supervivencia de insectos durante el período previo al cultivo.
TRIGO:
El cultivo de trigo en la zona del Centro-Norte de Córdoba está promediando una buena campaña en relación al histórico de ciclos anteriores, considerando también que vienen de años de regulares a malos que impactaron en la cosecha final; al momento se estima una producción superior al millón de toneladas para la región.
El área sembrada en el ciclo 2014/15 muestra un incremento más que importante para la región, siendo alrededor de un 38 % mayor que lo sembrado la campaña pasada, muestra de la recuperación que tuvo este cereal en la zona. Los motivos que los colaboradores destacan para explicar este aumento en superficie implantada son varios, aunque principalmente lo atribuyen a las buenas condiciones de humedad, a la necesidad de rotación de muchos lotes y al uso como herramienta frente al manejo de malezas díficiles.
En general se sembraron ciclos largos, algo común para la zona por su período de crecimiento y también por la cobertura que dejan como remanente luego de la cosecha, aprovechando el aporte de material orgánico y la mejora en la estructura del suelo. Sin embargo, por el crecimiento de área y su consecuente mayor demanda de semilla, también se sembraron ciclos intermedios y hasta cortos, buscando cubrir las necesidades del productor.
Este último aspecto, sumado a un corto período durante octubre de temperaturas por encima de lo normal, hicieron que la cosecha se adelante en relación a un año típico. La ocurrencia de altas temperaturas tuvo efectos dispares sobre el cultivo, siendo que hacia el norte promovió la finalización del llenado y el secado del cultivo y hacia el sur adelantó muchos lotes y redujo la expectativa de rendimientos originalmente prevista.
Al momento de la recorrida ya se había iniciado la trilla nivel regional, y según la zona, el cultivo se encontraba entre fines de llenado de granos y madurez comercial, esperando ser cosechado en la gran mayoría de los lotes. El avance de cosecha se era de norte a sur y, a su vez, de oeste a este.
En general los rendimientos se ubicaban por encima de los promedios históricos de cada localidad, promovidos por las buenas condiciones que atravesó el cereal durante su ciclo, principalmente por las buenas precipitaciones recibidas.
El trigo en la zona del noroeste se encontraba entre un 30 % y un 60 % cosechado, con rendimientos que estaban entre 25-30 qq/Ha, con lotes que alcanzaban los 35-38 qq/Ha en secano. Se destacó también una pequeña superficie bajo riego, no significativa a nivel regional, con planteos de alta tecnología y rindes esperados entre 50-60 qq/Ha, aunque todavía faltaban varios días hasta la cosecha.
Hacia el centro de la región los ciclos largos mantenían una expectativa de 20-25 qq/Ha, mientras que los ciclos cortos esperaban 30-35 qq/Ha, y los intermedios, sembrados a mediados de mayo, parecían ser los más favorecidos con promedios de 35-40 qq/Ha. Sin embargo, los primeros lotes cosechados eran 18-22 qq/Ha, siendo que hacia el sur se esperaban menores promedios de rendimiento.
Sobre el extremo este de la zona norte de la provincia, la cosecha se ubicaba entre un 20 % a un 40 % de avance y con rindes estimados entre 28-35 qq/Ha. Hacia el sur la trilla venía más retrasada y en los mejores casos había avanzado hasta un 5-10 %, sumado a las precipitaciones ocasionales que demoraban las tareas de recolección; los rendimientos se esperaban entre 22-25 qq/Ha.
Un aspecto que los colaboradores destacaron fue la complicación de entregar el grano cosechado en puerto, dado que la colocación en muchos casos todavía no se encontraba habilitada por la fecha y, debido al adelanto de la trilla, muchos productores estaban decidiendo entre embolsar en el mismo campo y esperar o buscar un destino comercial alternativo para su producto.
FUENTE: infocampo