El interés indica que los compradores regresan tras siete años flojos. Desde el petróleo crudo hasta el aceite de soja, el tamaño del mercado aumentó en 1,4 millones de contratos
Los precios de las materias primas se dirigen hacia su sexta pérdida anual en siete años. Pero los mercados de commodities nunca fueron tan grandes.
El interés abierto la cantidad de contratos de commodities que permanecen sin cancelar al finalizar la rueda de operaciones creció en las bolsas de futuros este año. Desde el petróleo crudo hasta el aceite de soja, el tamaño del mercado ha aumentado en casi 1,4 millones de contratos en los primeros nueve meses de 2017, la mayor cifra en siete años.
Sólo esta semana, el interés abierto en futuros de crudo norteamericano marcaron un nuevo récord de más de 2,4 millones de contratos en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex). En Londres, los futuros de gasoil bajo en azufre superaron por primera vez el millón de contratos. El interés abierto total en contratos que sigue el Indice de Commodities de Bloomberg es de 14,3 millones, el mayor número de la historia.
El crecimiento quizás sea desconcertante, dado que las materias primas han sido una de las clases de activos con peor desempeño de la década. El índice Bloomberg cayó 38% desde 2010, comparado con el retorno total de 164% del índice de acciones S&P 500. La volatilidad también se ha moderado, por lo que las administradoras de fondos perdieron oportunidades de generar grandes ganancias.
Algunos creen que el aumento del interés abierto muestra que los inversores otra vez están coqueteando con una de las clases de activos más rechazadas de la década. Los activos administrados invertidos en productos vinculados a los commodities hace poco superaron los u$s 400.000 millones por primera vez en más de un año, según Aakash Doshi, analista de Citigroup. Si bien el índice Bloomberg viene bajo este año, ganó 2,9% en el trimestre.
«Los bonos tuvieron una buena racha, las acciones tuvieron una buena racha. Las materias primas son una de las pocas clases de activos que anduvieron mal,» dijo Tim Atwill, director de estrategia de inversiones en Parametric, administradora de activos con sede en Seattle con fondos de commodities por u$s 3.000 millones. «La gente piensa que quizás éste no sea mal momento para entrar».
La baja volatilidad que impregna a los mercados financieros estos días también es un factor, sostuvo Greg Sharenow, administrador de carteras de materias primas en Pimco. Los menores movimientos de precios implican que las cámaras compensadoras de las bolsas en general exigen menos margen, o garantía, contra las posiciones de futuros. Eso permite a las administradoras de fondos hacer mayores apuestas.
Sharenow mencionó el creciente predominio de las estrategias de inversión sistémicas que siguen tendencias de precios o negocian commodities contra otras clases de activos. En lo que va del año los fondos de futuros, un tipo de inversor en esta categoría, captaron u$s 5000 millones en nuevas inversiones, lo que llevó a sus activos bajo su administración a la suma total de u$s 126.000 millones, según eVestment.
Las compañías que suelen usar los mercados de futuros para protegerse de los riesgos vinculados a los precios también intensificaron la actividad en algunos de los mercados de materias primas. Los productores estadounidenses de shale oil desencadenaron una ola de ventas a futuro para congelar una reciente alza en los precios del crudo, operaciones que se filtran en el mercado de futuros.
Derek Sammann, director de productos de commodities y opciones en CME Group, operadora de la bolsa de futuros de Chicago, sostiene que con los precios de las materias primas relativamente estables, «podría parecer contradictorio ver aumentos en el interés abierto».
El interés abierto no trepó de igual manera en todos los contratos de futuro. En el caso de los futuros de petróleo en la Nymex, la suma cayó para los contratos con entrega dentro de varios años. Una razón es que los bancos de Wall Street están asumiendo menos riesgo en mercados ilíquidos. Otro motivo, según Sammann, es que la industria del shale que ha transformado la producción petrolera norteamericana opera con plazos de ejecución mucho más cortos que los megaproyectos, lo que reduce la necesidad de cubrirse a un futuro lejano.
Los inversores que otra vez se inclinan por las materias primas tienden a adquirir contratos con entrega en el futuro cercano, donde el interés abierto es más alto, y adquieren nuevos contratos cuando vencen. Según Atwill, los commodities son «una clase de activo muy líquido que por lo menos no está tan sobrevaluado como todo lo demás».
CRONISTA