El modelo silvopastoril comienza a afianzarse en zonas extra pampeanas de la provincia. Productividad bovina y una menor erosión del suelo, entre sus principales beneficios.
Durante los últimos años, el avance de la actividad agrícola ha provocado el desplazamiento de la frontera ganadera hacia zonas marginales o extra pampeanas de la provincia. Frente a esta situación, resulta necesario adaptar los sistemas ganaderos a condiciones de suelos más restrictivas.
Los sistemas silvopastoriles surgen como respuesta a esta necesidad, no sólo por ser un modelo viable y adaptable para todo tipo de superficies, sino también por aportar una serie beneficios complementarios para los productores que lo implementen.
El Silvopastoril es un sistema de producción que combina en una misma unidad de manejo especies leñosas perennes -árboles/arbustos- con plantas herbáceas -forrajes/pasturas- y/o animales. En ese sentido, son 5 los componentes que interactúan deliberadamente: el componente arbóreo, el componente forrajero, el componente ganadero, el suelo y el clima.
Las ventajas de su aplicación en los montes nativos
Además de acrecentar la calidad de las especies forestales y forrajeras, los sistemas silvopastoriles posibilitan la cría de razas bovinas de gran genética en zonas marginales y periféricas. Esto último permite mayores tasas de crecimiento y cortes de alto grado de terneza en regiones extra pampeanas, y la reducción de costos por incrementos en la productividad, entre otras cosas.
Por otro lado, este tipo de sistemas son capaces de generar microclimas que benefician a las especies forrajeras y al ganado en su totalidad. En el verano, la sombra proveniente de la forestación reduce el stress provocado por el calor sobre el rodeo y disminuye la pérdida de turgencia sobre el componente herbáceo.
Durante el invierno, mientras tanto, el dosel arbóreo provee protección a los pastizales contra potenciales heladas. Al mismo tiempo, previene el riesgo de incendios gracias al pisado del ganado, que se alimenta de la materia seca que se encuentra debajo de los árboles.
Cabe añadir que el sistema silvopastoril provee un alto grado de cobertura del suelo y por ende contribuye a disminuir la erosión del mismo. En ese sentido, se manifiesta una mayor fertilidad en la superficie manejada y un mejor funcionamiento biológico al interior del sistema.
En términos de productividad, dicho modelo ayuda a potenciar las ganancias de peso de los animales a causa de la ingesta de gramíneas de mayor calidad, tanto en los meses estivales como invernales.
No obstante, es necesario aclarar que para que este sistema pueda ser implementado a mayor escala en nuestra provincia, hay algunas barreras a sortear entre las cuales se destacan: la necesidad de aprovechar mejor el recurso forrajero y trabajar en la comercialización de la producción forestal-silvopastoril.
Artículo publicado por la Sociedad Rural de Jesús María.
