Crecen las exportaciones pero en un contexto de fuerte baja de los precios internacionales de la carne y, al mismo tiempo, no se atiende la necesidad de respuestas de parte de la política para que mejore la competitividad sectorial. Por el contrario, crece la presión fiscal que complica más el escenario.
Novedades con el coronavirus se imponen al tratamiento, recientes noticias desde China sobre supuesta presencia de virus en packaging han puesto en alerta al sistema sanitario mundial. En el caso de Argentina y en especial en la industria cárnica se trabaja con adecuadas medidas de prevención y en conjunto la industria y las autoridades daremos las explicaciones que la razón y la ciencia pueda producir.
Recientemente un integrante de FIFRA, el Dr. Sebastián Bendayán, participó de la CIIE en Shangai en representación de IPCVA y pudo vivenciar las precauciones que China adopta en cuanto a los controles para extranjeros, con una cuarentena de 14 días, hisopado previo a las partida y 3 nuevos hisopados durante el arribo y cuarentena, más otro ante un requerimiento luego de la misma, es decir que somos conscientes de la seriedad con que en China se han tomado el control del virus luego que su inicio de diera allí y por ende intentamos entender el control puesto sobre la mercadería que ingresa.
En la edición 2019 de la CIIE los importadores chinos comenzaron a bajar los precios de la carne mientras que en esta ocasión se mantuvieron. Tal como lo venimos diciendo el inicio del año China compra más cantidad pero a menos valor.
Con el rebrote de Europa también cayeron las ventas y los precios de lo que se envía al viejo mundo. Estas circunstancias que afectan al mercado externo pueden llegar a aminorar la producción que viene sostenida.
La faena de octubre con 22 días hábiles fue de 1,26 millones y resultó la más alta del año, pero se redujo el promedio diario respecto de septiembre. Como ya dijimos, de proyectar estos valores cerraríamos el ano con una faena alrededor de 14 millones de animales.
El mercado interno se mantiene firme y bien abastecido por las carnes principales, con un maíz que ha duplicado su precio y hace que las distintas producciones requieran de nuevos valores de equilibrio.
Por la razón anterior y ante la situación de los mercados externos, desde el sector seguimos insistiendo con la reducción de los derechos de exportación a efectos de dotar de competitividad a los actores de la cadena cárnica.
En los planteos por mejorar la competitividad sin efecto fiscal, FIFRA a través de las entidades que la componen (CAFRISA, CICER y AFIC) solicitaron a los diputados la inclusión del servicio de faena en la ley de IVA con alícuota reducida como parte de la ley de presupuesto, pero lamentablemente no fue considerada. El pedido fue realizado a todos los diputados de los partidos de las provincias de Entre Ríos, Santa Fé y Córdoba. El planteo fue expuesto en unas de las reuniones de octubre pero pareciera que para las autoridades de la Comisión y de muchos de los integrantes del Congreso Nacional la competitividad y transparencia de la actividad productiva carece de relevancia.
También es preocupante la aparente suba en las alícuotas de los ingresos brutos por parte de muchas provincias. Está harto demostrado que es un impuesto acumulativo y distorsivo, que encarece la carne, genera artimañas evasoras o elusivas y resta competitividad a todo el sector. Debería estar en su mínima expresión si hubiera continuado la rebaja prevista en el pacto fiscal, es decir un 0,5%, por el contrario están hablando de alícuotas muy por encima del 1,5%.
Desde el Consejo AgroIndustrial Argentino se están haciendo denodados esfuerzos para generar acciones, propuestas, normas, que generen confianza para promover inversiones y fortalecer la actividad exportadora como actividad generadora de empleo y divisas. Muchos funcionarios lo comprenden y ayudan, otros todavía no y esas fuerzas contradictorias hacen que el estancamiento continúe. Ojalá podamos avanzar con cambios reales de paradigmas.
Por: Daniel Urcía, presidente de FIFRA