ADAMA Argentina filial local de ADAMA AGRICULTURAL SOLUTIONS, líder mundial en la fabricación y comercialización de soluciones de protección agrícola, desarrolló junto a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) un Estudio de Investigación denominado “Impacto Económico Macro y Micro de Malezas Resistentes en el Agro Argentino”. El mismo fue presentado oficialmente en el marco de ExpoAgro 2015.
Las conclusiones más importantes de dicho Estudio fueron contundentes. Entre ellas, es posible mencionar a las siguientes:
- El Campo Argentino destina US$ 1.300 millones por año a combatir las Malezas Resistentes en el cultivo de soja. Dicho monto está estimado en base a la aplicación de paquetes tecnológicos, en la totalidad del área de cultivo de soja y con un nivel de infestación del 20%, el cual hace al control de la maleza posible económicamente.
- Si la Argentina no controlara malezas, y llegase a una infestación del 90% de la superficie sembrada con soja, las cifras se elevarían a 17 millones de toneladas perdidas, por un valor de US$ 8.800 millones en facturación y de US$ 2.500 millones en retenciones que no se percibirían.
- El productor promedio, al hacer sus cálculos, sólo percibe el retorno económico de comenzar a controlar las Malezas Resistentes cuando tiene un 20% o más de infestación. Esto implica que entre el 0% y el 20% el no control implicaría una pérdida de divisas para el país estimada en US$ 1.500 millones. Las retenciones son un desincentivo económico al control de las Malezas Resistentes. Además, al elevar el costo de producción, el grado de infestación económicamente justificable aumenta en un 50%.
- El escenario, como se comprenderá, sería muy complejo; lo cual debería estimular a todos los productores agropecuarios de la Argentina sobre la importancia de combatir en forma sustentable y de la manera más extensiva posible a las Malezas Resistentes.
- El Estudio deja bien en claro que el problema, sin embargo, no es individual de cada productor, sino de la producción agrícola en su conjunto (las Malezas Resistentes no combatidas se expanden) y del país en general (por la pérdida de divisas y de retenciones).
- A nivel regional, si bien el impacto de las Malezas Resistentes sobre la producción es mayor en las zonas de mejores rendimientos promedio como la zona Núcleo, las Malezas Resistentes afectan de forma más pronunciada el margen económico de las regiones de frontera agrícola, tales como NEA, norte de Córdoba y NOA.
- Por el contrario, prosigue el Estudio, la inacción frente a las Malezas Resistentes implica: – La diversificación del problema a otros cultivos (distintos de la soja) y una expansión significativa de las Malezas Resistentes. – La pérdida de calidad de semillas y granos, debido a la presencia de cuerpos extraños por un mayor banco de malezas en el lote. – La pérdida de valor de campos por un aumento de costos y por la incertidumbre que genera la presencia de Malezas Resistentes en dichos campos.
– El desgaste de la maquinaria (sembradoras y cosechadoras) y un incremento de horas hombre de mantenimiento ylimpieza.
– La necesidad de protocolizar el proceso de producción, regionalizar la problemática y establecer BPA.
– Una nueva instancia de vital importancia en el negocio de la “Agricultura por Contratos”.
- Por lo tanto, concluye el Estudio, las Malezas Resistentes exponen una lógica colectiva y de bien común, en la que el Estado tiene la responsabilidad de establecer políticas públicas activas para la prevención de la aparición de nuevas Malezas Resistentes. También expone alproductor agropecuario a una mayor responsabilidad individual en el control de las operaciones que puedan generar diseminación de Malezas Resistentes a lo largo del país.
- En definitiva, el hecho de contar con Malezas Resistentes lleva a un control mucho más profesionalizado, desechando métodos de utilización basados exclusivamente en herbicidas de amplio espectro y planteando una lógica de bien común para el control de las malezas.
Carlos Danilowicz, CEO de ADAMA ARGENTINA, comentó: “Buscamos simplificar la vida de los productores y tenemos la convicción que solo podremos lograrlo incluyendo a los distintos miembros del ecosistema agrícola. Creemos que este Estudio realizado con la FAUBA constituye una aporte para buscar soluciones a una problemática que afecta tanto a productores como a la comunidad en su conjunto”.