En 2019 las ventas habían caído 30% y en lo que va de 2020 las operaciones aumentaron 5% en promedio según los datos de la cámara de fabricantes. Y desde junio, dicen, se observa una mejora inédita.
El sector de la maquinaria agrícola cerró un 2019 complejo y con números en rojo. Si bien no fue un mal año, las ventas cayeron 30% en relación con el período anterior, por la ausencia de financiamiento y la incertidumbre electoral. Este año comenzó con muchas expectativas, porque desde el inicio el Gobierno buscó responder a la demanda de crédito que el sector pedía a gritos para propiciar la renovación de sembradoras, cosechadoras, tolvas, implementos agrícolas y todo tipo bienes para capital de trabajo.
Néstor Cestari, presidente de la Cámara de Fabricantes de Maquinaria Agrícola, que agrupa a empresas argentinas, asegura que en lo que va del año las ventas aumentaron un 5% en promedio, pero destacan que desde junio se vive una recuperación inédita.
Lo que en enero era ilusión hoy es una realidad. En marzo, con la aparición de créditos del Banco Provincia, el Banco Nación y otras entidades privadas con tasas que iban desde el 24% al 35%, Expoagro se convirtió en el punto de partida para la gestión de negocios. Sin embargo, a causa de la pandemia la muestra del campo terminó abruptamente y generó un vacío que sólo duró unas semanas. El sector de la maquinaria regresó rápidamente a la actividad y a partir de ahí, no paró ni tiene pensado parar hasta fin de año, porque una gran cantidad de plantas industriales en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires no sólo tienen plena ocupación y entregas programadas hasta diciembre, también aumentaron sus plantillas y trabajan horas extra. No hay secretos, el campo nunca paró y el productor sabe que es un buen momento para renovar maquinaria.
En Armstrong, Santa Fe, Raúl Crucianelli, fundador de la empresa que lleva su apellido, aseguró estar “sobrepasado de ventas” y confirmó que superarán ampliamente los números de 2019. “Hoy estamos más de un 20% por encima de las ventas del año pasado y tenemos previsto terminar el año en un 25%. En cuanto a la facturación, es complejo saberlo aún porque hemos dado un salto tecnológico en la fabricación de los equipos, entonces es difícil comparar”. En la empresa viven una realidad que envidiaría cualquier otra industria del país en estos tiempos tan complejos por la pandemia. “Hoy se eligen las operaciones”, aseguró Crucianelli y destacó que “en algunos canales locales se emiten no menos de cinco avisos pidiendo mano de obra, casi no hay desocupación y están viniendo a trabajar de otras ciudades”.
A pocos kilómetros, en Monte Maíz, Córdoba, la situación es similar. Rosana Negrini, presidenta de Agrometal, asegura que a los fabricantes de sembradoras les fue bien todo el año. Para explicar este fenómeno, asegura que “hay una necesidad de recambio tecnológico, hubo buena cosecha, volvieron los créditos de los bancos y si bien las operaciones son en pesos, tienen la referencia del dólar oficial. La industria maneja insumos con ese tipo de cambio, entonces el negocio para el productor se vuelve atractivo desde lo financiero”. Desde el 6 de abril, cuando volvieron a las plantas con los correspondientes protocolos sanitarios, trabajan sábados, feriados e incorporaron más de 50 nuevos empleados. “En el balance semestral tenemos una gran cantidad de anticipos de clientes, pero la facturación se duplicó y no por aumento de precios, sino porque incorporamos más tecnología en los equipos”. Por ahora estiman un 30% más en comparación con el año pasado, pero los números finales los tendrán en los próximos meses. “Hoy tenemos el nombre y apellido de cada máquina que vamos a fabricar hasta fin de año porque está todo vendido”.
La situación se repite en General Rodríguez, Buenos Aires, donde la multinacional Agco tiene una planta en la que fabrican tractores y cosechadoras. Gustavo Meyer, gerente comercial de la empresa, aseguró que están produciendo un 30% más en comparación con el año pasado y que también debieron incorporar un 10% más de trabajadores a su plantel.
La reactivación llegó a la industria de la metalmecánica y eso se debe en gran medida a la productividad del sector agropecuario.
fuente: Ambito