Un grupo de expertos planteó, en un simposio esta semana, las últimas ideas que hay en este tema central.
La problemática del yuyo colorado se extiende a varias zonas agrícolas.
Que las malezas duras son un problema en todas las zonas del país no es ninguna novedad. Sin embargo, sí lo es que los especialistas ya le están encontrando la vuelta al manejo técnico para controlar la diversidad de especies y los problemas.
Marcelo De la Vega, experto de la Universidad Nacional de Tucumán, fue contundente. “Con el uso excesivo de los agroquímicos se buscó simplificar los sistemas, pero los sistemas son complejos”, sentenció ante una nutrida audiciencia que se reunió en “Campus de Malezas”, una jornada de actualización que organizó Dow en Pilar, en la que adelantó qué será el sistema Enlist para soja y maíz, que incluirá semillas resistentes a glifosato, glufosinato de amonio y 2.4D y sus apropiados herbicidas.
De izq. a der., Ramón Gigón, Marcelo De la Vega, Marcelo Metzler y Diego Ustarroz.
El experto De la Vega dijo que, además de la importancia de la ciencia, las soluciones tecnológicas para las malezas problema se basan en la integración de tecnologías y prácticas culturales. Así, no descartó hacer una labranza mínima para erradicar una “mata” de malezas en el lote, una idea que debe acompañarse con la siembra de variedades resistentes, los controles a tiempo o la adopción de herbicidas pre-emergentes.
Por su parte, otro experto contó los importantes problemas que tienen en Córdoba con las malezas. Fue Diego Ustarroz, del INTA Manfredi, quien coincidió con su colega tucumano en que los pre-emergentes son una muy buena herramienta para el control de malezas, como los herbicidas residuales, aunque en estos últimos hay que determinar adecuadamente el momento de aplicación.
El sorgo de Alepo, una maleza problemática en muchas zonas.
“Hacia esta mejora deben ir los productores. Disminuir la erraticidad en la aplicación de herbicidas residuales y pensar en mezclas de productos que tengan diferente sitio de acción, para mejorar la eficacia en los controles”, concluyó Ustarroz.
Por su parte, Ramón Gigón, investigador de la Chacra Experimental Barrow, del INTA, y consultor, también advirtió sobre la importancia de estrategias integradas para lograr eficacia en el control. De acuerdo a Gigón, en su zona de trabajo (el sudeste/sudoeste de Buenos Aires), esto es clave, ya que allí lidian con el raigrás, una especie con resistencia cruzada a varios principios activos.
En este equipo, Marcelo Metzler, especialista del INTA Paraná, dijo que no es lo mismo controlar malezas que manejar un sistema más abarcador. Explicó que controlar malezas es solucionar un problemas sencillamente, pero manejar el sistema significa apoyarse en numerosos herramientas, como cultivos resistentes, diseño de siembras, rotaciones, laboreos mínimos y productos químicos. Así, habrá un control eficaz. Se puede.