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Charlas Granderas y el análisis del cierre de exportaciones

En la última Jornada Granadera organizada por Fifra el economista David Miazzo y el analista ganadero Federico Santángelo se refirieron a la decisión oficial de limitar exportaciones, repasaron cómo se conforma el precio de la carne y analizaron las implicancias y consecuencias de la medida.

La última Jornada Granadera organizada por Fifra y que como es habitual fue auspiciada por el IPCVA contó con la participación del economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argetina (FADA) David Miazzo y con la disertación del consultor de Agroideas Federico Santángelo.

La bienvenida la dio el presidente de Fifra Daniel Urcía quien se refirió a la difícil coyuntura que vive cadena de ganados y carnes a raíz del cierre parcial de las exportaciones decidido por el presidente Alberto Fernández.
Urcía dijo que “es entendible el cese de comercialización” dispuesto por las entidades que conforman la Mesa de Enlace aunque también destacó que por un lado teme que “si en los próximos días falte carne el sector quede ante la sociedad como el culpable de esa situación”. Además, señaló que el faltante de hacienda complica las cuentas de los frigoríficos ya que se le está sacando una semana de faena a mayo. “La situación ya era complicada para la industria por la suba de costos y pérdida de competitividad continua que se viene sufriendo”, indicó el referente industrial.
Al momento de las disertaciones el primero en exponer fue David Miazzo quien repasó con lujo de detalles y mucho fundamento la conformación del precio de la carne vacuna. Dijo que la cría se queda con el 30%, el feedlot con el 27%, el frigorífico con el 6%, la carnicería con el 9% y el Estado a través de impuestos con el 28%.
De esa importante carga impositiva que tiene el producto y que el Estado por ahora no parece dispuesto a renunciar el 34% se lo queda el impuesto a las ganancias, 31% IVA, 14% ingresos brutos y el 10% el impuesto al cheque.
El economista destacó que el problema no está en el precio del producto sino en los problemas macroeconómicos que llevan a un incremento desmedido de todos los productos de la economía argentina y a una pérdida del poder de compra del salario.
En el cierre de su exposición destacó que a su criterio para resolver el conflicto es necesario una aceptación política y social de una mayor diversificación de la dieta que lleve a un incremento de la oferta y consumo de carnes alternativa.
Miazzo dijo que la reducción de la carga fiscal del producto también podría colaborar aunque esto estaría condicionado a la resolución anterior de los problemas macro “porque sino la inflación te come la baja de impuestos. El problema aquí es macroeconómico”, concluyó.
Luego fue el turno del consultor Federico Santángelo. El analista ganadero había previsto el cierre de exportaciones en anteriores Jornadas Granaderas y en esta ocasión volcó en el análisis una catarata de datos importantes sobre la historia reciente de la intervención kirchnerista así como sobre la coyuntura y perspectivas para el sector.
Santángelo dijo que la suba del precio de la carne tiene más que ver con una fuerte demanda interna que se explica en parte porque hay sectores que mantienen su poder de compra y en parte porque pandemia de por medio se redireccionó el gasto que no se hizo en otros rubros al de alimentos. Esa mayor demanda se chocó con una oferta de hacienda para faena que se fue achicando por los mayores costos productivos del engorde que obligó a un recambio del proceso productivo tal como lo señalara Daniel Urcía en los newsletters de Fifra.
Santágelo insistió con que la exportación, que participa con cerca del 25% de la producción nacional de carne, no es la responsable de la suba del precio. Y para sostener de ese argumento se valió de datos irrefutables y muy esclarecedores. Indicó que entre 2007 y 2015 las exportaciones cayeron de 539 mil y a 200 mil toneladas res con hueso y sin embargo el precio al consumidor se multiplicó por 10, pasó de $11 en 2007 a $110 en 2015.
“En los dos mandatos de Cristina Fernández, cuando las exportaciones estuvieron cerradas o intervenidas, la caída fue del 63% pero los precios al consumidor aumentaron 920%. En cambió con Macri las exportaciones aumentaron 346% y el precio al consumidor 186%. Finalmente, con Alberto Fernández las exportaciones aumentaron sólo 2% y los precios internos de la carne 108%. Evidentemente las exportaciones por sí solas no explican la suba que tuvo la carne”, finalizó.
El analista dedicó los últimos minutos de la charla a resaltar la “abrumadora incertidumbre” que la decisión política de cerrar las exportaciones generó en toda la cadena de la carne vacuna y destacó que frenará inversiones a todo nivel y que “si se sostiene la medida o si se cuotifica la exportación se reducirá el precio que cobra el productor por la hacienda, lo que no significa que luego la carne deje de subir en el mostrador porque la definición de su precio tiene que ver con otras cuestiones”, y entre ellas se destaca la dinámica inflacionaria de la economía argentina, tal como lo indicó anteriormente el economista David Miazzo.

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