El intenso calor de la segunda quincena de enero y la falta de lluvias genera síntomas negativos en los cultivos. El noreste de Buenos Aires; sur de Entre Ríos y Santa Fe, norte de Córdoba y Chaco, y en el extremo norte del NOA, las zonas afectadas.
El clima viene castigando el desarrollo de los cultivos y los pronósticos de cosecha comienzan a volverse pesimistas.
“El Golpe de calor tremendo en la segunda quincena de enero, las lluvias desaparecieron, y hay regiones con síntomas graves en los cultivos. El noreste de Buenos Aires arde, pero también se marcan los síntomas en el sur de Entre Ríos y Santa Fe, norte de Córdoba y Chaco, y en el extremo norte del NOA”, indica un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En este momento clave para la campaña de granos gruesos, el Director Científico de la Red GEA de la BCR, José Luis Aiello, habló sobre los detalles climáticos de la campaña.
Si bien se espera el regreso de las lluvias, fue muy claro y alertó que si no hay un cambio de circulación entre el 9 y el 16 de febrero, las lluvias serán muy escasas y se concentraran en el norte Argentino. Tampoco descartó que se puedan repetir olas de calor intensas como la que pasamos.
— ¿Qué fue lo que sucedió en la última quincena? ¿Las lluvias se anclaron a mecanismos regionales del sur brasilero? ¿Por qué el agua no llega a la franja este de Argentina?
— Efectivamente, es correcto. Las altas temperaturas que incrementaron los valores de evapotranspiracion estival más las escasas lluvias hicieron un cocktel con las consecuencias vistas. Habíamos anunciado el efecto de los pulsos de calor y también de que hay que ser muy cuidadosos cuando aparece un evento fuerte en el Pacifico porque aumenta la inestabilidad atmosférica y los mecanismos regionales que se acoplan al efecto Niño lo pueden incrementar o disminuir, como es la situación actual. Hubo y hay un anticiclón sobre el Atlántico, cerca de las costas argentinas, que bloquean las entradas de centros de baja presión e impiden las lluvias sobre el país. Además, la perturbación que pasó hace una semana, (donde se anunciaban buenas lluvias) lo hizo muy rápidamente y las lluvias se dieron sobre el Atlántico y esto fue durísimo, acompañado, por supuesto, por altas temperaturas. En el sur de Brasil está lloviendo, con efectos muy complicados por convecciones y temporales fuertes.
— ¿Se van a restablecer las lluvias en el corto plazo? ¿Van a llegar a tiempo a las zonas más complicadas?
— Es una pregunta clave. El anticiclón al que hice referencia se empezará a debilitar y desplazar hacia el este (en el Atlántico) hacia el próximo jueves y se darán lluvias el viernes, o sea, pensemos que entre viernes y sábado podrán caer en distintos sectores de la región pampeana entre 20 y 40 mm. Esto no es suficiente y hasta el próximo lunes 8 habrá algo más pero no gran cosa. Si no hay un cambio de circulación, entre el 9 y el 16 de febrero, las lluvias en las regiones más complicadas serán muy escasas, concentrándose en el norte del país, ahí si con montos importantes, o sea, el panorama no es alentador.
— Y después, ¿cómo sigue el mes? ¿Qué cabría esperar?
— Para la segunda quincena de febrero hay que ver cómo se desarrollan los sistemas meteorológicos, para lo cual no hay habilidad por parte de los modelos para hacerlo hoy.
— José Luis, se puede repetir una ola de calor semejante a la de estos quince días? ¿Esto puede poner en jaque a la producción de soja en Argentina?
— Si, puede haber más olas de calor en la medida en que actué bien la radiación solar y no sea predominante el viento sur, por ahora no se ve nada en contra de esta posibilidad.
— ¿El Niño sigue activo? ¿Cómo pensás que puede seguir actuando sobre el clima de Argentina?
— Sí, el Niño está activo y seguirá inyectando humedad desde el norte, el tema pasa por ver cómo funcionan los mecanismos regionales que seguiremos semana a semana. Vimos que en el último mes jugaron en contra del efecto niño y durante noviembre y diciembre a favor. El Niño tiene un efecto mediático muy mal manejado y la realidad es la que vemos. Hay que recordar que hasta hace poco muchos anunciaron un Niño colosal y efectos hacia grandes lluvias, inundaciones, etc… y hoy «se pide agua».