También fue observado en el Sur de Santa Fé. Si bien los daños registrados a nivel general no superan el 7% en plantas, hay un caso que supera el 60% de infección. Profesionales de diversos estamentos elaboraron una guía de recomendaciones para la actual y próxima campaña maicera.
Se denomina a la enfermedad “carbón de la panoja” por generar en el cultivo de maíz una sintomatología que llama la atención fácilmente al desarrollar cambios notorios en la estructura floral masculina (panoja). Sin embargo, se debe tener en cuenta que sus síntomas pueden desarrollarse tanto en la panoja como en la estructura floral femenina (espiga).
El carbón de la panoja en Argentina, es una enfermedad declarada en Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de plagas (SINAVIMO) como Sporisorium reilianum y su actual surgimiento ha puesto en alerta al sector productivo, principalmente porque una planta de maíz afectada por este patógeno es una planta con pocas a nulas probabilidades de generar granos viables.
Debido a la escasa actualización de información que hay en el país sobre esta enfermedad, y necesaria en este contexto donde se ha detectado su reemergencia, se ha elaborado un informe técnico que posibilita al productor y profesionales agrónomos, contar con herramientas de manejo para enfrentar su aparición.
Este documento, ha sido elaborado conjuntamente entre la FCA de la Universidad Católica de Córdoba (Laboratorio de Fitopatología), la Universidad Nacional de La Plata, Oro Verde, INTA Pergamino, SENASA Córdoba y SENASA Central; y detalla aspectos relevantes a su identificación en esta campaña como también algunas recomendaciones sobre su manejo.
Síntomas y daño
El informe indica que los síntomas del carbón de la panoja son visibles durante la etapa de floración en el desarrollo de las panojas y las espigas, a pesar de que el patógeno infecta la raíz durante la germinación y primeras etapas de desarrollo de la plántula.
El micelio infectivo invade sistémicamente los tejidos, hasta llegar al meristema apical. Las panojas, así como las espigas infectadas son sustituidas por soros de carbón, en algunos casos se puede observar filodia (transformación de órganos de la planta en hojas modificadas).
Los soros son cubiertos por una membrana, que más tarde se rompe exponiendo una masa de teliosporas. Las espigas se tornan esféricas con los granos transformados en soros. Los elementos vasculares con aspecto fibroso, permanecen relativamente intactos a medida que las teliosporas son liberadas.
Ocasionalmente pueden encontrarse espigas donde se desarrollaron algunos granos. Generalmente las plantas infectadas pueden presentar multifloración y disminución de tamaño.
El daño principal es ocasionado durante la etapa de floración, cuando el micelio establecido en el meristema produce soros que reemplazan a los granos en la panoja y espiga. Al madurar, los soros liberan las teliosporas, que caen al suelo, y el aire las transporta a cortas distancias.
Fuente: TodoAgro