Son 200 mil ha de soja de segunda y 400 mil ha de soja de primera, según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Las intensas lluvias caídas en la principal región agrícola del país, provocaron inundaciones y anegamientos que dejarán grandes pérdidas. De acuerdo a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), hasta el momento, 200 mil ha de soja de segunda y 400 mil ha de soja de primera se perderían en la región núcleo por los excesos hídricos. En soja de segunda los daños comprenden al 5% que quedó sin sembrar, y a un 25% de su área afectada, de la cuál buena parte se ha perdido. En tanto, en soja de primera se reportan niveles de recortes de superficie productiva que van de un 10 a 20%. “La situación es altamente heterogénea, porque un 45% del total de la soja de primera es calificada como muy buena”, dicen desde la BCR. Habrá que ver si los altos rendimientos llegan a compensar las pérdidas.
Esta semana llovió en pocas zonas y los milimetrajes fueron mucho más moderados y acordes a lo que se suele esperar en enero. Esto colaboró en que los aplicadores vuelvan al ruedo en buena parte de la región. No obstante, hay muchas zonas que siguen bajo agua, y se registran severos niveles de pérdidas de área por anegamiento. Estos niveles de descuento de superficie cultivada no habían sido registrados con anterioridad en el mes de enero. Sin embargo el 10% del área en condiciones regulares a malas contrasta con el 45% de la soja de primera que se califica como muy buena. Los primeros lotes, los que fueron sembrados más temprano y representan a un 21% del área sembrada, están en plena fructificación (R4). El resto de los lotes (60%) se centra en la plena floración e inicios de fructificación (R2-R3). Hay presencia de isoca medidora (Rachiplusia nu) en niveles moderados y está comenzando a aparecer otro pico de oruga bolillera. Se destacan las enfermedades de fin de ciclo como Septoria glycines y Cercospora kikuchii. Por otro lado, las malezas no dejaron de ponerle presión a la campaña. La imposibilidad de entrar al lote ante la falta de piso demoraron las aplicaciones terrestres. En muchos casos no hubo más posibilidades que recurrir a las aplicaciones aéreas, lo cual siguió sumando costos a esta difícil campaña, reportó la BCR.