Estas conclusiones se desprenden del reciente boletín técnico elaborado por especialistas del IICA, en el cual se analiza el impacto de El Niño en el sector agrícola de la región a partir de los pronósticos que indican que el evento climático se perfila como fuerte y con una permanencia que se extendería hasta 2016.
Mientras que en Centroamérica, México, el Caribe y algunos territorios de América del Sur se prevén fuertes sequías hidrológicas, meteorológicas y agrícolas con importantes pérdidas en granos básicos, frutas y ganadería, en naciones andinas y del sur del continente El Niño podría mejorar los rendimientos agrícolas, debido al incremento esperado en las lluvias.
«Aunque algunos países han desarrollado proyectos y estrategias para la mitigación del impacto del fenómeno en la agricultura es fundamental construir estrategias de largo plazo, que además contemplen la adaptación y transferencia de riesgos climáticos», comentó el especialista en Políticas y Análisis Sectorial del IICA, Joaquín Arias.
El especialista en Análisis Cuantitativo y Sectorial del Centro de Análisis Estratégico para la Agricultura (CAESPA) del IICA, Hugo Chavarría, sostuvo que existen impactos significativos en algunos de los principales productores agrícolas a nivel mundial, lo cual podría desestabilizar los mercados mundiales de alimentos.
Un estudio realizado por la Bolsa de Cereales de la Ciudad de Buenos Aires consideró que el fenómeno climático de El Niño alcanzará su punto de máxima tensión en la semana de Navidad, en especial en la región mesopotámica, el sudeste de Paraguay y el sur de Brasil, y de manera menos intensa se extenderá hasta marzo próximo.