En momentos de implantación de la soja, la falta de lluvia y el aumento de la temperatura elevan las alertas de ataques de Oruga Bolillera en estadios tempranos de soja. Por qué recomiendan monitorear y cuándo conviene tratar con producto.
Esta campaña agrícola, los asesores a campo confluyen en la visión de que a nivel climático la situación se presenta muy heterogénea, con variaciones importantes dependiendo de la zona. Mientras en algunos lugares como Zona Núcleo (Marcos Juárez, Sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires) ha llovido bien y los productores llegaron a sembrar la soja con porcentajes de implantación del orden al 50 a 60 por ciento; en otras regiones, como el Centro-Norte y Sur de Córdoba, las lluvias vienen demoradas y la superficie de siembra apenas llega al 20 o 25%. Por su parte, en el norte del país las siembras también están más demoradas, aunque en su caso se debe a que la implantación comienza en diciembre. De todos modos, también allí las lluvias están siendo irregulares.
El Ingeniero Francisco Francioni, gerente de Insecticidas de FMC, destaca que esta situación de falta de precipitaciones y aumento de la temperatura favorece el desarrollo de plagas. “En el NEA hay una presión mediana a baja de Oruga Medidora en girasol y ya se ha detectado presencia incipiente de Cogollera en maíces sembrados temprano en el Norte de Santa fe, Chaco y Santiago del Estero”, indicó y agregó que “más hacia el Centro-Norte de Córdoba también se puede ver Oruga Bolillera y Oruga del Yuyo Colorado en los cultivos invernales que están terminando su ciclo y que van para soja de segunda”. Por otra parte, indicó que, al Sudoeste de Córdoba, Sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires, donde ya hay sojas emergiendo, la falta de lluvia lleva a que aparezca Bolillera con las primeras oviposturas que, si bien son incipientes, no dejan de constituir una alerta para los próximos días. “De mantenerse más días sin lluvias puede que se incrementen las poblaciones y hay que recordar que en este estadio de la olegionosa, un ataque fuerte de Bolillera es determinante en el rendimiento del cultivo porque se come el brote y la planta pierde la dominancia apical (el tallo principal), por ende, genera ramificaciones cuyo rinde es muy inferior al que determina el tallo principal.” Justamente los ataques de Oruga Bolillera con mayores consecuencias para la soja se dan en estadios iniciales (V1 a v3), luego en v7 y v8, o bien ya cuando come el grano.
Ante esta tormenta perfecta que se va armando con falta de lluvias y aumento de temperaturas, Francioni recordó que lo más importante es monitorear en forma semanal los lotes y ver qué pasa con la situación hídrica del cultivo. “Si no llueve por varios días y el cultivo ingresa en situación de estrés es probable que el ataque de Bolillera en soja impacte más seriamente”, alertó. El paso siguiente implica hacer aplicación de producto. “Desde FMC recomendamos control en estadios iniciales con Hero (V1 a V2) que combina dos principios activos, es eficaz y contundente. De persistir la infestación o estar en estadios más avanzados, ya recomendamos Coragen (V3 a V4)”.
Si bien se espera que esta campaña se vaya definiendo como Neutra, sin grandes excesos de precipitaciones o grandes sequías, el Ing. Francioni recordó que “vamos a tener el agua justa para el cultivo, y esto significa que en algunas zonas faltará más que en otras. Con lo cual, si aumenta la temperatura, se puede agravar la situación de las plagas por lo que aconsejamos a los productores que estén muy atentos con el seguimiento y monitoreo de lotes. Un ataque de Oruga Bolillera en estadios iniciales es determinante en rendimiento y es imposible que luego pueda compensarlo el cultivo.”