Versus un 32,6% de la soja 2015/16.
La declaración de la semilla de uso propio empleada por productores en la campaña 2016/17 superó el 40% del área nacional sembrada el año pasado, según datos preliminares procesados por el Instituto Nacional de Semillas (Inase). Se trata de una cifra superior al 32,6% registrada por la soja 2015/16.
Antes del 31 de agosto de 2016 –según lo dispuesto por la resolución 149/16 del Inase– los productores trigueros debían presentar una Declaración Jurada con información sobre ubicación del predio, superficie sembrada, kilogramos de semilla de trigo utilizados, variedades y documentación que avale el origen legal de las mismas.
Y luego de la cosecha, con un plazo que venció el pasado 30 de marzo, los productores tenían que informar la cantidad de semilla reservada para uso propio, sus variedades y el lugar donde la misma se encuentra almacenada.
El propósito de la resolución 149/16 –según se indica en la propia normativa– es “mejorar la capacidad de control a fin de poder diferenciar la semilla de uso propio originada en mercado ilegal y detectar más eficientemente la semilla fuera del marco legal en los circuitos comerciales, con el objetivo de poder tomar las medidas necesarias para combatir las prácticas ilegales”.
La normativa vigente dispone que los empresarios agrícolas que usen semilla de “uso propio” de soja y trigo deben presentar ante el Inase una Declaración Jurada sobre el origen de los cultivares reservados cuando la facturación anual de la empresa sea superior a tres veces el monto correspondiente a la categoría más alta de monotributista. Actualmente esa cifra es de 3,15 millones de pesos.
En el primer bimestre de 2017 el Inase informó que, en el marco de inspecciones realizadas en el circuito comercial, detectó 60.000 kilos de trigo sin identificar en Chillar (Buenos Aires)
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