Mientras continúan las manifestaciones en varios países, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, afirmó que el pacto entre los bloques “no puede firmarse tal y como está, y no se firmará”
Agricultores franceses y belgas instalaron el miércoles decenas de bloqueos en autopistas y rutas de acceso a un importante puerto de contenedores para presionar a los gobiernos a que suavicen las normas medioambientales y los protejan del aumento de los costos y las importaciones baratas, en protestas que se han extendido por toda Europa.
Los agricultores españoles dijeron que se unirían al movimiento, mientras que 1000 agricultores italianos tenían previsto participar en concentraciones en Bruselas el jueves para presionar a los líderes de la Unión Europea (UE) reunidos en la capital para que actúen. También se han movilizado agricultores alemanes y rumanos con quejas similares.
Los productores afirman que no se les paga lo suficiente, que están asfixiados por los impuestos y las normas ecológicas y que se enfrentan a la competencia desleal del exterior.
En ese marco, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, declaró este miércoles durante una entrevista en la radio CNews/Europe 1 que el acuerdo comercial de la UE con el Mercosur no debería firmarse. Francia expresó repetidamente sus reservas sobre el acuerdo entre ambos bloques y ha dicho que sus agricultores se opusieron a la posibilidad de que permita la entrada de productos agrícolas, sobre todo carne de vacuno, que no cumplen las estrictas normas de la UE.
Le Maire aseguró que “Francia tiene la suficiente fuerza en Europa” para imponer su posición sobre Mercosur. “Ese acuerdo no puede firmarse tal y como está. Y no se firmará”, señaló.
Además, el ministro declaró que reforzará los controles sobre los grandes minoristas franceses y europeos para garantizar que paguen a los agricultores franceses de forma equitativa, en virtud de una ley destinada a salvaguardar los precios al agricultor.
La Comisión Europea rechazó el martes la opinión francesa de que Bruselas había puesto fin a las conversaciones con Mercosur, afirmando que seguía aspirando a concluir un acuerdo de libre comercio con el bloque sudamericano.
“Si seguimos así, el fin de la agricultura significará el fin de la civilización”, advirtió Adelin Desmecht, agricultor belga de 28 años, culpando al exceso de regulación y papeleo.
En Francia, largas filas de tractores se acercaban a París y a su mercado internacional de alimentos de Rungis, centro neurálgico de productos frescos para Francia y el resto del mundo y línea roja para el gobierno de Emmanuel Macron, que hasta ahora no intervino para eliminar los bloqueos.
En total, hay unos 100 bloqueos, dijo el ministro del Interior, Gerald Darmanin, advirtiendo a los manifestantes que no traten de bloquear los aeropuertos, Rungis o la capital. BFM TV mostró enfrentamientos cerca del río Loira, con tractores a los que la policía impedía acercarse a París.
Bloqueos en Bélgica
En Bélgica, los agricultores bloquearon las rutas de acceso al puerto de contenedores de Zeebrugge. Uno de los organizadores de la protesta, Bruno, que había regresado brevemente a su casa para atender a sus vacas, dijo que más de 100 tractores participaban en el bloqueo. También se bloqueó una importante autopista en Bélgica, según los medios locales.
“Obviamente que las protestas tiene un gran impacto económico. No sólo para nuestra compañía, sino para muchas empresas en Flandes y Bélgica”, dijo Sven Pieters, de la compañía de transportes ECS, en el puerto belga de Zeebrugge, en el Mar del Norte.
Los agricultores franceses ya han conseguido varias concesiones, entre ellas que el gobierno abandone sus planes de reducir gradualmente las subvenciones al diésel agrícola.
El miércoles, los comisarios europeos propusieron limitar las importaciones agrícolas de Ucrania y una mayor flexibilidad en las normas sobre barbechos, en un intento de aplacar las protestas.
“Sólo me gustaría asegurarles que hacemos todo lo que podemos por escuchar sus preocupaciones. Creo que ahora mismo abordamos dos preocupaciones suyas muy importantes”, dijo uno de los vicepresidentes de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič.
Las importaciones procedentes de Ucrania, a las que la UE ha eximido de cuotas y aranceles desde la invasión rusa de febrero de 2022, y la reanudación de las negociaciones para cerrar el acuerdo comercial con los países sudamericanos del Mercosur han avivado el descontento de los agricultores por la competencia desleal en azúcar, cereales y carne.
Normalmente, los agricultores de la UE deben cumplir ciertas condiciones, entre ellas dedicar el 4% de las tierras de cultivo a zonas “no productivas” donde la naturaleza pueda recuperarse, aunque ya existe una exención temporal en respuesta a la guerra de Ucrania y la preocupación por la seguridad alimentaria.
Descontento creciente
Las protestas en Europa se producen en vísperas de las elecciones al Parlamento Europeo de junio, en las que la extrema derecha, para la que los agricultores representan un electorado cada vez mayor, se perfila como ganadora.
En Italia, los agricultores han bloqueado el tráfico con cientos de tractores cerca de los accesos a las autopistas de Milán, Toscana y otros lugares en los últimos días.
Coldiretti, el grupo de presión de los agricultores, anunció en un comunicado que más de 1.000 de sus miembros viajarían a Bruselas para participar en una manifestación el jueves ante el Parlamento Europeo.
Por otra parte, el Ministerio de Agricultura anunció 230 millones de euros de ayudas suplementarias a los viticultores franceses, afectados por la caída del consumo.
Las autoridades ya ofrecieron el año pasado subvenciones para destilar los excedentes de vino en alcohol industrial y permitir a los productores de Burdeos arrancar algunas de sus viñas.
LA NACION / AGRO
Agencias Reuters y AFP