Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria, se reunió con los referentes de Abitrigo, la entidad que nuclea a los principales molinos brasileños.
La Argentina llegó a vender más de 6 millones de toneladas de trigo a Brasil, antes de las restricciones para exportar.
El gobierno argentino dio un paso clave para reconstruir la relación con Brasil, el mercado tradicionalmente más importante para el trigo argentino. Hace unos días, Ricardo Buryaile, ministro de Agroindustria, se reunió con los referentes de la Asociación Brasileña de Industrias del Trigo (Abitrigo), que tiene su base en San Pablo y es el histórico principal comprador de las exportaciones trigueras.
«El objetivo de estos encuentros es alentar un sólido escenario exportador para los productores argentinos, que consolide las relaciones internacionales del país y permita ganar nuevos mercados», explicó el ministro.
En el 2012, la Argentina exportó 5,1 millones de toneladas de trigo al mercado brasileño, pero la cifra se derrumbó a 2,5 millones en el 2013 y a menos de 2 millones en el 2014, por las políticas comerciales del gobierno kirchnerista (en el 2006, en cambio, las exportaciones habían triplicado esa cifra y superado las 6 millones de toneladas).
El brasileño Sergio Amaral, presidente de Abitrigo, apoyó las medidas adoptadas para el sector agroindustrial en la Argentina. “Son muy importantes para el intercambio en materia de trigo entre ambos países y el levantamiento de las retenciones y los cambios en el sistema de los ROEs han quitado la incertidumbre a los molineros brasileños», destacó.
El embajador brasileño Vargas, Buryaile y Sergio Amaral, el presidente de Abitrigo.
El presidente de Abitrigo coincidió en que se abre un camino de cooperación entre ambos gobiernos, lo que genera convergencias y oportunidades para el campo argentino.
Javier Buján, presidente de la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, destacó que lo más relevante del encuentro fue la recuperación del diálogo con la asociación que nuclea a los molinos del enorme mercado brasileño.
«Brasil, más que un cliente, es un socio. Al generar certezas de mercado, transparencia de precios y un mercado activo, la relación es mucho más sencilla”, planteó Buján, quien reconoció que la cadena triguera argentina ahora tiene el desafío de mejorar la calidad del cultivo no solo para Brasil sino también para la industria local.