Exportaciones de Carne: más envíos, más caja para el productor

En el Análisis Rosgan, se evalúa el incremento de las exportaciones desde 2021 en adelante.

Las exportaciones de carne vacuna siguen mostrando un ritmo muy fuerte. En agosto, los datos oficiales
publicados por el INDEC, confirman exportaciones por 56.688 toneladas peso producto que, llevadas
a equivalente res con hueso, ascienden a 81.067 toneladas, cuarto mes consecutivo por arriba de las
80 mil toneladas mensuales.

En el acumulado de enero a agosto se exportó un total de 596 mil toneladas equivalente res con hueso.
Comparado con las 538 mil toneladas exportadas en igual lapso el año pasado, los números actuales
suponen un incremento cercano al 11% interanual. Claramente, a partir de junio de 2021 los volúmenes
embarcados comienzan a reflejar los efectos del abrupto cierre de exportaciones aplicado a fines
de mayo, en una primera etapa en forma total y posteriormente, a partir de mediados de junio,
acotado a un cupo por empresa equivalente al 50% del volumen mensual promedio exportado en 2020,
exceptuando ciertas cuotas arancelarias o cortes destinos preferenciales pero restringiendo en forma
total la exportación tanto de medias reses como de siete cortes considerados los de mayor demanda
doméstica. Así, los volúmenes exportados se redujeron a unas 50.000 toneladas en junio y julio,
promediando luego unas 70.000 toneladas por mes, entre agosto y septiembre.
A partir de octubre, este cupo fue flexibilizado permitiendo exportar hasta 140.000 vacas categoría
D y E -conocidas como “vaca conserva”- con destino a China, entendiendo finalmente que se trataba de

un producto de muy baja demanda en el mercado local y cuya venta estacional, resultaba crucial para el
productor en términos de manejo de los campos. No obstante, el período de más crítico para la salida de
vacas flacas de los campos ya había pasado. Durante el último trimestre del año, el volumen exportado
no logró superar en promedio las 63.000 toneladas mensuales y la pérdida para el productor que se vio
forzado a retener esta hacienda en el campo fue cuantiosa.
A partir de enero de este año, este tipo de vacas -incluyendo ahora la considerada manufactura, es
decir vacas categoría D, E y F- así como también los toros, se encuentran totalmente habilitados para
exportar. Si bien el resto de las restricciones aún se encuentran vigentes, este canal de salida cuyo
principal destino es el mercado chino, ha logrado restablecerse.
Durante el último cuatrimestre, mayo-agosto, las exportaciones de carne promediaron 83 mil toneladas
mensuales de las cuales China participo con el 78,5% de las ventas totales. Gran parte de los embarques
a este destino corresponde a carne proveniente de vacas. Por tanto, esta fuerte exportación, podría
asociarse a la mayor salida de vacas con destino a faena que se observó durante este este período,
estando liberado el canal de exportación para categorías inferiores.

Claramente, de abril a agosto se da el período de mayor salida de este tipo de hacienda para faena.
En estos cinco meses, la faena de vacas este año ascendió a 1.190 mil cabezas, unas 213 mil cabezas
más que las faenadas en igual período del año pasado.
Con un mercado liberado, este año los valores para la vaca en pie resultaron significativamente más
atractivos. Con precios corrientes hasta entonces fluctuando entre los $220 y $250 para las categorías
inferiores, medido a valores reales el promedio de la categoría en su conjunto, se vio revalorizada en un
9% respecto de lo registrado durante estos 5 meses de 2021.
Si calculamos entonces, el ingreso adicional obtenido por el productor por estas 213 mil vacas adicionales
que ha podido remitir este año a faena, arribamos a unos $28.500 millones adicionales, medido en pesos
constantes. En dólares unos USD 187 millones de caja adicional en 5 meses.

En tanto, el precio de la carne al mostrador cuya suba ha dado origen a este tipo de intervenciones, a
valores deflactados, resultó en promedio un 3,5% por debajo de los valores del año pasado, durante este
mismo período.
Esto demuestra que la liberación de la vaca nada ha interferido en la mesa de los argentinos y que un
mercado intervenido no genera más que pérdidas que terminan derramando a toda la cadena.
Actualmente, China sigue siendo el principal destino de nuestras exportaciones, llevando el 77%
de los embarques totales. Sin embargo, las cifras de agosto ya muestran -como se venía alertando- una
contracción tanto en volumen embarcado (-16%) como en precio (-6%), en un contexto de fuerte
tendencia a la baja de los precios pagados. A pesar de estar transitando los meses de mayor puja de
compras, los importadores se mueven con extremada cautela. El mercado local se encuentra muy
abastecido dado el aumento de stocks acumulado durante los últimos meses de confinamiento y a
la desaceleración del consumo, a lo que se suma, además, un menor poder de compra a causa de
la devaluación del yuan y una abundante oferta, especialmente por parte de Brasil, que se muestra
sumamente competitivo en el mercado.
No obstante, aun confirmándose este escenario para los próximos meses, se trata de movimientos lógicos
de un mercado expuesto a la evolución del resto de las economías con las que se vincula. En este sentido,
más allá de una probable desaceleración temporal de compras, el mercado chino sigue siendo para
Argentina un canal de venta sumamente virtuoso en tanto permite valorizar una mercadería que
hasta entonces significaba una venta residual y hoy genera una importante caja para el productor
sobre un refugo que impacta, a la vez, en una mayor productividad de su rodeo.